Fútbol I Tercera División (grupo IX)

Ruzzo, el capitán del Poli Almería cumple su promesa: 200 partidos

El capitán celebra uno de sus 52 goles con el Poli.

El capitán celebra uno de sus 52 goles con el Poli.

Ocho años en el Poli Almería, tres temporadas como capitán, 52 goles y desde el pasado domingo, dos centenares de partidos jugados con la camisola rojiblanca y pantalón azul. A Ruzzo no fue capaz de retirarlo una pandemia y mucho menos lo va a hacer un probable esguince de rodilla (todavía está pendiente de las pertinentes pruebas médicas).

El capitán del Poli no es de hierro, pero su amor hacia los colores sí que es férreo. Sólo ese sentimiento de pertenencia a un club que ya lo considera parte de su escudo, puede conseguir que un jugador humilde vista la misma camiseta durante doscientos partidos. Cuando ha tenido de llevar las garrafas de agua, lo ha hecho; cuando ha tenido que recoger los petos, lo ha hecho; cuando ha tenido que entrar en el minuto 90 para perder tiempo, lo ha hecho; cuando ha portado el brazalete, lo ha hecho con mucho orgullo; y cuando ha tenido que dejarse la salud por los tres puntos, también lo ha hecho. Doscientos partidos dan para mucho.

“La temporada pasada me quedé a muy pocos partidos de llegar a esta cifra y me obligué a renovar. Fíjate que el domingo (en Maracena) fue mi primer partido como titular y conseguimos la victoria” para celebrar su 'cumplepartidos'. Lástima esa maldita pelota que ya se perdía por línea de banda, que el ariete del Barrio Alto peleó como si fuera la última del partido. “Escuché un crujido en la rodilla y las sensaciones fueron muy malas al levantarme. El míster me iba a cambiar justo antes, pero las cosas en el fútbol son así”, dice desde el sofá de su casa con hielo en la rodilla un Ruzzo, que todavía no se ha hecho la necesaria resonancia, pero que sí ha sido valorado por las sabias manos de un fisio: “Parece un esguice de ligamentos, ojalá todo se quede en eso. Con el paso de los días he ido mejorando, espero que sea un susto y en un mes vuelva al campo. El nuevo míster estaba contando conmigo y estaba en buena progresión”.

Con las botas puestas o con muletas, Ruzzo tiene claro que quiere despedirse como leyenda que es, vistiendo alguna vez más la camiseta del Poli en Tercera. “Ésta va a ser mi última temporada, ahora ya sí lo tengo claro. Pero quiero dejarlo marcando algún gol más que sirva para que el Poli logre la salvación”. Para ello, la victoria en Maracena fue fundamental: “Si este fin de semana volvemos a ganar, creo que podemos salir de la zona peligrosa y situarnos en una más tranquila. Quiero destacar el vídeo motivacional que nos puso el míster antes del partido del domingo, salimos al campo muy motivados”, recuerda el capitán.

El domingo en Maracena vivió su partidos doscientos y el primero como titular este año. El domingo en Maracena vivió su partidos doscientos y el primero como titular este año.

El domingo en Maracena vivió su partidos doscientos y el primero como titular este año.

En él salieron excompañeros o el exentrenador Jorge Garcés, gente con la que Ruzzo ha vivido momentos importantísimos a lo largo de los doscientos partidos como jugador rojiblanco. “Si tuviera que escoger, me quedaría con el ascenso a Tercera División. Recuerdo que teníamos que ganar al Cúllar Vega en casa para meternos en la promoción de ascenso. Ganamos 2-0 y nos quedamos todos esperando en el centro del campo para ver cómo terminaban el resto del partidos. Fueron diez minutos de muchos nervios, pero al final vivimos una gran fiesta”, que terminaría días después con el Poli regresando al grupo IX de Tercera.

Y esta categoría y en medio de una insólita pandemia, ha cumplido el delantero sus dos centenares de encuentros. Desde Preferente donde llegó hace nueve temporadas, hasta la Tercera, pasando por División de Honor. Sólo una campaña entre medias en la que no jugó (la del ascenso a División de Honor), pero desde entonces Ruzzo forma parte de la leyenda contemporánea de un club con tanta historia en la capital. “Directivos, compañeros y aficionados se han portado muy bien conmigo, me siento muy querido en el Poli”. Como para no sentirse. Decir Ruzzo es decir “¡Musho Poli!”.

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