El próximo gran futbolista de esta tierra que seguirá los pases de Diego Capel debe ser Antonio Puertas. El de Benahadux tiene fútbol en sus botas para llegar a Primera División, pero aún tiene que quitarse las manías con las que cualquier futbolista joven llega desde las categorías más bajas del fútbol español. Hasta hace unos meses, el centrocampista iba sobrado en el filial del Granada y del Almería en Segunda B, pero el salto a la categoría de plata, y qué decir de la de oro, requiere un crecimiento en muy poco tiempo que se consigue con un entrenador que confíe en ti.

Lo cierto es que Puertas no está jugando esta temporada todo lo que a él le gustaría y, posiblemente, con Gorosito tampoco todo lo que debería. En los minutos que ha tenido, ha rendido a buen nivel. Pero la situación de nerviosismo del equipo arrasa a cualquiera y los más desfavorecidos suelen ser los más jóvenes, como le ha ocurrido a Iván Sánchez, Antonio Marín, que tuvo que bajar al segundo equipo, o al propio Puertas. Quizás el que mejor se está adaptando a la situación, y eso que su posición en el campo requiere de mucha experiencia y saber estar, es el sevillano José Ángel.

Después de varias jornadas en la grada, Antonio Puertas se encontró con la titularidad en un encuentro en el que la Unión Deportiva Almería se jugaba la vida. Ni él ni nadie entendía las decisiones de Gorosito, primero por no convocarlo después de las buenas actuaciones anteriores, y después por situarlo en el once de buenas a primeras. Psicología de entrenador, lo importante para el el benaducense era convencer al míster de que podía aportarle mucho al equipo.

Desde el inicio, el centrocampista quiso el balón y no se acongojó. La táctica rojiblanca de ayer, mucha presión y jugar con las líneas adelantadas, era buenísima para Puertas, cuyo buen físico le permite recuperar muchos balones y gozó de espacios para crear. Sin embargo, sus primeras intervenciones no fueron acertadas del todo. Chuli lo buscó en una contra y el benaducense se durmió en el regate, tuvo tiro de primeras o posibilidad de devolución al delantero, pero hizo lo más complicado. Poco después, volcado a la izquierda, condujo demasiados metros una contra, cuando tenía pase fácil a Dubarbier, y terminó perdiéndola en la frontal del área cuando los rojiblancos tenían superioridad en ataque.

A partir de esa jugada, apareció el mejor Puertas, el que recupera y pone balones de gol de primeras. Era lo que hacía en el filial, cuando la conexión con Dani Romera era la más temida del grupo IV de Segunda División B. El de Benahadux puso varias buenas asistencias, una a Dubarbier y otra a José Ángel, que originaron acciones de peligro. Además, rozó el gol con un centro chut en el que tuvo que lucirse Juan Carlos.

Tras la reanudación, el centrocampista espabiló a los rojiblancos después de unos primeros minutos en los que el Albacete quiso meterle formol al partido. Puertas puso un balón magnífico al hueco a Chuli que no acabó en gol por un mal regate del onubense. Ése es el fuerte del de Benahadux, una visión magnífica. El gol, eso sí, lo celebró en el banquillo.