Tenerife-almería

El chicle no se estira (0-0)

  • No hay que despreciar el punto, pero es menos positivo de lo esperado tras una segunda parte con uno más. La contención funciona relativamente bien, falta protagonismo en ataque.

La eterna discusión de si se sumó un punto o se dejaron de sumar dos, se abrió nada más pitar el final del encuentro el colegiado balear Cuadra Fernández. Bueno, para ser exacto había ya debate en todos los aficionados conforme pasaban los minutos de la segunda parte y el Almería no sabía cómo doblegar a un Tenerife que fue más vertical con diez que con once. Como en cualquier aspecto de la vida, valen las dos opiniones y posiblemente estén cargadas de razón puesto si bien más de uno firmaba a priori un empate en el Heliodoro Rodríguez López ante un equipo en clara racha ascendente, el empate se queda corto una vez conocidos los resultados de Mallorca, Huesca y Ponferradina. Un punto más en el casillero, aunque también dos más con respecto a la salvación después de la gracia de mallorquines, oscenses y bierzanos. 

 

Eso sí, los rojiblancos comenzaron la jornada terceros por la cola y ahora mismo van cuartos, un puesto más arriba al superar a un Albacete que va cuesta abajo y sin frenos, como los rojiblancos al comienzo de temporada. Esta lenta escalada en la tabla se ve beneficiada de la mejor racha de la presente temporada, tres partidos seguidos sin perder, y dos sin encajar goles. Son puras estadísticas, objetivas, que aunque no son para tirar cohetes, sí que permiten llevar ahora más puntos que durante la primera vuelta. Pero con el déficit tan importante que arrastran los almerienses, cualquier opción desaprovechada no permite acabar un fin de semana con una sonrisa. Partido a partido y hacer bueno el empate el próximo fin de semana en el Mediterráneo, el tópico futbolero en este caso parece el más acertado para valorar el choque en el Heliodoro.

 

Si bien al Almería le faltó ayer estirarse y amoldarse a la situación, como un chicle cuando deja de tener sabor y comienzan los mordiscos y las pompas, incluso con la defensa de cinco y sin cambiar su planteamiento conservador, el Tenerife tuvo opciones más claras de llevarse la victoria.  Gorosito no quería volver a llevarse la sorpresa del Lugo, cuando le pillaron la espalda por dar un pase al frente, por eso no quiso descoser su entramado táctico y se la jugó a algún contraataque o alguna genialidad, como la que le salió a Pozo ante el Albacete, que ayer estuvo cerca de repetir.

 

Por sus buenas intervenciones y por el plantillazo que se llevó, Casto fue el hombre del partido para los almerienses. El Tenerife supo presionar arriba y generar muchos espacios pese a que el Almería acumulaba siete jugadores en defensa. Nano, Lozano y Suso aparecían como demonios a la espalda de la zaga y no pudieron definir con acierto gracias a las rápidas salidas del meta rojiblanco, que se jugó el físico en más de una. En la menos peligrosa, en un balón al que no llegaba Cámara, vio cómo le clavaba los tacos  en el muslo, acción que podía cambiar el choque del partido al ver la roja el lateral local.

Para ese minuto, doce de la segunda parte, Gorosito ya había metido a Vélez por Cuéllar por sus eternos problemas musculares, y a Fatau por Chuli, para echar el candado en la medular. El Tenerife ya no llegaba con tanto peligro y el partido pedía valentía con uno más sobre el césped. La consigna fue descolgar a los laterales y, más tarde, confiar en que Pozo diera la tranquilidad que faltaba. Pudo salir bien si Dubarbier no se duerme en un disparo o si el malagueño acierta en otra de sus jugadas en un centímetro cuadro dentro del área. Pero Nano también tuvo contraataques peligrosos. 27 puntos y mañana Dios dirá.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios