Un total de 14.125 vicarios empadronados en el municipio y 285 residentes en el extranjero tienen derecho a voto en estas elecciones municipales.

En sus manos está la elección de 21 concejales que durante la última legislatura han estado repartidos de la siguiente forma: 13 PSOE, 6 PP. 1 IU y otro Ciudadanos.

Municipios fronterizos y gobernados con signos políticos distintos, pero con un denominador común: alcaldes que repiten elecciones tras elecciones, la mayor parte de las veces con mayoría absoluta. Como Gabriel Amat en Roquetas, aunque con una legislatura menos, Antonio Bonilla ostenta el bastón de mando en Vícar desde el siglo pasado, pues desde que fuera elegido alcalde en las locales de 1999 es el regidor vicario. 20 años y cinco cursos tetraanuales que buscan una continuidad en este 2019 de la mano de su equipo de confianza, teniendo en frente más rivales que nunca y, por tanto, más opciones para los electores.

Y eso, paradojas de la vida, puede beneficiar a las aspiraciones socialistas de volver a gobernar el municipio de Vícar, debido a la ya ‘famosa’ dispersión del voto de la derecha. No obstante, la posibilidad de pactos entre formaciones rivales de Bonilla para desalojarlo de la alcaldía también es un elemento que se debe tener en cuenta de cara a este próximo domingo y que aporta emoción al desenlace.

Vícar lleva dos décadas siendo socialista sin fisuras, pese a que, tras ganar en 1999, en 2003 fue el PPquien se impuso en votos (8 concejales para cada uno), decantando la balanza del lado de Bonilla el único concejal que sacó Izquierda Unida. Desde entonces, los socialistas han acumulado sucesivas mayorías absolutas y han tenido la oportunidad de gobernar con comodidad. El municipio experimentó un salto importante de población en el periodo 2003/2007, pasando de tener 17 concejales a 21, coincidiendo en estos 20 años de gestión de Antonio Bonilla con el ‘boom’ de crecimiento de Vícar, tanto de población nacional como extranjera.

El Partido Popular ha escogido a Adoración Blanque para intentar contrarrestar el carisma y peso que tiene Bonilla en Vícar. Es una candidata con una importante proyección pública, especialmente entre el sector de la Agricultura, el principal sustento económico del municipio. Blanque, de 44 años de edad, es diplomada en Relaciones Laborales, especialista en Prevención de Riesgos Laborales y cuenta con estudios en Derecho. Ostenta el cargo de Secretaria General de Asaja desde 2003, y además es presidenta de la Asociación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural (AMFAR) en Almería. Su gestión en la directiva de la organización agraria ha supuesto un “impulso importante” para el campo almeriense, y ese mismo “trabajo y esfuerzo” es el que quiere trasladar al Ayuntamiento de Vícar, según el Partido Popular almeriense, si los vecinos confían en ella y su equipo el próximo domingo.