Déficit hídrico

La sequía en Almería provoca los primeros estragos a regantes del Almanzora

  • La nula aportación de los trasvases y la inutilización de la desaladora de Villaricos obligan a reducir las hectáreas cultivadas en un 30%

  • Normalidad en el Poniente

Trabajo de siembra en la Comarca del Almanzora, donde esta campaña ha disminuido la superficie cultivada.

Trabajo de siembra en la Comarca del Almanzora, donde esta campaña ha disminuido la superficie cultivada. / Carmen Fenoy

Con el comienzo de la campaña agrícola, se tensa la cuerda en lo que al riego se refiere. Comunidades y agricultores han almacenado todo el agua posible para estos meses de septiembre y octubre, que es posiblemente cuando más líquido elemento se necesite por el estado temprano de la planta y por el calor, aún insoportable en muchos momentos del día, y de momento hay cierta normalidad por parte de los regantes, en cuanto a agricultura bajo plástico o pequeño cultivo se refiere.

La situación es diametralmente opuesta en la agricultura extensiva, la que predomina en el Valle del Almanora. En esta zona de la provincia, los agricultores sí que están notando el déficit hídrico que sufre todo el sureste español, problema que se agravó este verano prácticamente en todo el territorio nacional. Según José Antonio Fernández, presidente de los Regantes de Almería, en charla con los colega de esa comarca le transmitieron la necesidad de plantar en un 30% menos de hectáreas para evitar que se perdieran los cultivos por falta de riego, sobre todo en estos primeros meses en los que el calor no termina de abandonar la provincia.

“En el Almanzora sí tenemos problemas. El trasvase del Negratín no ha aportado nada de los 50 hectómetros cúbicos en el último año hidrológico y el Tajo-Segura nos vienen recortando de vez en cuando. Allí tenemos una situación difícil. Aunque llovió mucho en marzo y abril, pasa el tiempo y los problemas están ahí. La desaladora de Villaricos sigue inutilizada. Los últimos comentarios es que se iban a dejar de plantar un 30% de las hectáreas”, apuntaba Fernández, consciente de lo que esto supone, sobre todo si la situación se mantiene a largo plazo, para la economía de la zona: “No es una catástrofe hoy por hoy, pero sí es importante. Las grandes empresas de la zona tienen la capacidad de producir en otras zonas, pero esto provocará que si se mantiene en el tiempo, perderemos puestos de trabajo en Almería y rentabilidad. No lo podemos permitir. Temporalmente se buscarán la vida para no perder contratos, pero tienen que volver a plantar en el menor tiempo posible”.

Los problemas del Valle del Almanzora están detectados desde hace tiempo, pero de momento no hay forma de ponerles solución. No llega agua de los trasvases, los acuíferos están sobreexplotados y, por lo tanto, el líquido que contienen está muy salinizado. Además, la falta de agua desalada o depurada es un lastre para tener las mismas oportunidades que el resto de la provincia. Por lo tanto, de momento la única solución es confiar que llueva cuanto antes para aliviar la situación. “Allí es riego a manto, hay 4’5 millones de árboles, que si llueve medio en condiciones sería un riego de profundidad muy bueno. Los acuíferos están muy salados y están aportándole ese tipo de agua. Si llueve, viene muy bien para que se laven esas sales y se fortalezcan esas plantas cultivadas al aire libre”, no bajo plástico.

Fernández confía en que el proyecto que tienen entre manos los regantes del Almanzora, una nueva desaladora, pueda salir adelante para contar con un volumen importante de agua que comience a solucionar los problemas de suministro que tiene la zona. “El Negratín no va a aportar agua, no podemos confiar en el trasvase. Los regantes del Almanzora tienen un proyecto de hacer una desaladora de 30 hectómetros cúbicos y esperar que la desaladora de Villaricos se ponga en marcha, que aportaría otros 20. Con esos 50, más el agua que pueda venir en los años hidrológicos del Negratín, cubrirían sus necesidades”.

Respecto al resto de la provincia, José Antonio Fernández está tranquilo. Las desaladoras están funcionando y los regantes están pudiendo cubrir las necesidades de sus plantas de una forma solvente. En el Poniente, por ejemplo, apenas están echando mano del acuífero, algo que está agradeciendo para mejorar su situación. “En el Poniente, por ejemplo, la situación que tenemos es muy distinta a la del Almanzora. Tenemos un acuífero muy bueno, usamos el agua de la desaladora al cien por cien y sólo tiramos del acuífero para lo que falta. En un futuro, éste se quedará para coger 4 ó 5 meses, sólo los fuertes, al año lo que falte de agua desalada y depurada”.

Ésta es, sin duda, la gran baza para los agricultores de la zona de Poniente. La Sierra de Gádor permite ese almacenamiento natural del agua, como ocurrió en la pasada primavera, especialmente lluviosa en los meses de marzo y abril. “Este acuífero no lo tiene nadie más en la provincia. Esta reserva que hay debajo de la tierra nos permite a nosotros jugar con ella, pero Almanzora o Levante, no. En el Poniente no va a hacer falta hacer grandes embalses porque el acuífero nos aportará 50 ó 60 hectómetros cúbicos que sacaremos cuando las plantas necesiten más agua. La Comarca de Níjar sí que tiene todos los pozos sobreexplotados y con la salinidad alta. Ellos no tienen esa opción y necesitan de un almacenamiento mayor de aguas desaladas y depuradas en sus balsas de riego”, finalizaba la entrevista con el presidente de los Regantes de Almería.

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