La huerta de Europa

El campo almeriense se afianza en Europa, pese a la mayor oferta de países terceros

  • El crecimiento de la producción de frutas y hortalizas en los últimos años ha ido al mercado internacional

Uno de los factores de la mayor presencia en los mercados exteriores es la enorme modernización de los cultivos.

Uno de los factores de la mayor presencia en los mercados exteriores es la enorme modernización de los cultivos. / Javier Alonso

Hace unos pocos días Cajamar, como cada año, presentaba su Análisis de la campaña hortofrutícola de la provincia de Almería, una de las publicaciones tradicionales de la entidad. Entre los muchos datos que este documento arroja, hubo uno de cierto éxito por encima del resto, como es que “en la anterior campaña hortofrutícola de Almería las exportaciones alcanzaron la cota del 80,1 % sobre la producción, hito que resalta (por si no estaba ya suficientemente claro) la vocación exportadora de la mayor concentración de invernaderos de Europa”, explica David Uclés, director del Servicio de Estudios Agroalimentarios del Grupo Cajamar, en un artículo publicado en el blog de la entidad.

Este comportamiento, sin embargo, no solo es propio de la provincia de Almería; es una tendencia más que evidente en la mayor parte de las producciones agropecuarias españolas, y especialmente en las hortofrutícolas. Una simple búsqueda en las bases de datos de Aduanas informa de que, desde el año 1995, las toneladas exportadas de frutas y hortalizas por España han aumentado un 93,6 %, con la mitad del crecimiento explicado en el período 2011-2015 (en plena crisis económica), hasta alcanzar las 13,7 millones de toneladas de 2017, analiza Uclés.

“Obviamente, ha habido un crecimiento paralelo del valor exportado, pero lo que nos interesa ahora es destacar algunas cuestiones que se derivan de esta evolución. La primera es que España es muy competitiva en frutas y hortalizas, al menos en relación al resto de los países de la UE, pues ha logrado colocar un volumen mucho mayor de producto en los mercados. La segunda es que se ha producido una enorme modernización de los cultivos, ya que en el período 2006-2016 la superficie productiva conjunta de hortalizas (incluidas patatas), cítricos, frutales no cítricos y frutos secos prácticamente no ha variado, mientras que la exportación lo ha hecho en un 32,7 %”.

Todo ello se ha producido en una coyuntura en la que el crédito “estaba prácticamente seco en nuestro país a causa de la crisis financiera mundial, la del euro y la de la propia España, y que durante esos mismos años, la oferta de terceros países ha seguido aumentando en la mayor parte de las categorías de producto”, explica el director de Estudios Agroalimentarios.

Pero hay una tercera conclusión, “puede que un poco menos obvia, aunque de importancia capital en un entorno en el que parece demonizarse el comercio internacional. Todo el crecimiento de la producción española de frutas y hortalizas de estos últimos años ha tenido como destino el mercado internacional, por lo que nuestra dependencia de este es cada vez más importante. No en vano, en los últimos años las cuotas de exportaciones sobre producción en frutas se han situado en torno al 75 % y en hortalizas alrededor del 33 %”, concluye David Uclés.

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