Agua

Regantes de Abla y Abrucena buscan poner nuevas bases a la Comunidad

Foto panorámica de la comarca y de las tierras que abastece la comunidad de regantes.

Foto panorámica de la comarca y de las tierras que abastece la comunidad de regantes.

La Comunidad de Regantes de los Barrancos de Sierra Nevada en Abla y Abrucena está dispuesta a hacer borrón y cuenta nueva en su trayectoria. Los regantes arrastran una grave situación, con un débito de 1.800.000 con Cajamar, y han decidido coger el toro por los cuernos. Para ello, este domingo todos los comuneros afectados por las obras de modernización de riego de esta Comunidad han sido convocados a la Asamblea General Ordinaria que se celebrará a las 10:00 horas en primera convocatoria, y a las 10:30 horas en segunda, en el Almacén de Trigo de Fiñana.

En el orden del día, además de las habituales cuestiones que rigen cualquier asamblea, los comuneros tratarán varios temas importantes, de los que depende la viabilidad de la Comunidad. Por ello, se informará respecto del estado del préstamo de Cajamar, de las cuotas pendientes de pago, de la situación contable de la Comunidad y morosidad, del riesgo inminente de desaparición de la Comunidad por deudas; se tratará de aprobar el presupuesto; se tratará de actualizar los listados de padrones de comuneros y parcelarios;y por último se comunicarán los acuerdos de colaboración de Ayuntamientos y Junta de Andalucía.

Aunque la situación de la Comunidad de Regantes de los Barrancos de Sierra Nevada en Abla y Abrucena, la nueva junta directiva encabezada por Francisco Aguilera está trabajando a destajo desde septiembre para tratar de poner al día los principales temas de la comunidad, como son el padrón de los comuneros y el préstamo con Cajamar. Por ello, la junta directiva [compuesta por tan sólo seis personas, cuando deberían de ser diez] se está dejando la piel y piden “responsabilidad” a los regantes.

807 comuneros de agua son los que forman la Comunidad, según el listado que maneja

“Hace falta que los comuneros nos pongamos al día, echemos una mano dando los datos para que lleguen las notificaciones. Necesitamos que todos vengan a la asamblea. Si todos vamos a una, esto sale. La Junta está por ayudar, los ayuntamientos están por ayudar, Cajamar está por ayudar, falta sólo que los comuneros venzan el miedo”, indica su presidente que sabía en el callejón sin salida en el que se metía, pero lo hizo por responsabilidad. “Sería muy fácil manejar esta Comunidad desde cero, pero el problema es que tenemos que desarrollar nuestro ámbito regable con la mochila de 16.300 euros todos los meses”.

Aunque la situación económica de la comunidad es complicada, posiblemente el hecho de tener desestructurada la Comunidad lo sea aún más. Por ello, el presidente agradece todas los apoyos que está recibiendo de las distintas puertas a las que está tocando. “Nos están atendiendo en todos los sitios: Cajamar ha puesto todo de su parte, Ismael Gil y Javier Sánchez, alcaldes de Abrucena y Abla están volcados; en Diputación estamos trabajando con Álvaro Izquierdo; con Aránzazu Martín me va abriendo puertas y quiere que esto salga para adelante; Dominio Público Hidráulico y Agricultura nos han atendido... Por todos lados tenemos las puertas abiertas, tenemos que empezar desde 0, poner las bases para que la comunidad funcione”, que dependerá en buena medida de la Asamblea del domingo.

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