La paralización de los viajes hasta mayo y el efecto de la sexta ola en la recta final de 2021, entre otros, han hecho que dicho año no haya sido el de la recuperación total para el turismo, ni, en concreto, para el sector hotelero, pero, al menos, sí parcial. De acuerdo a los datos difundidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes a diciembre, y en línea con los adelantados por la Junta de Andalucía en el marco de FITUR, los hoteles almerienses hospedaron en el último ejercicio a 977.129 viajeros, una cifra que supone un 76,95% más que en 2020, cuando irrumpía la COVID-19 y en el que fueron 552.182 los alojados, pero aún un 34,55% menos que en 2019, cuando se registraron 1.492.900 turistas en los establecimientos de la provincia.

La apuesta de los residentes en España por el destino Almería ha permanecido en los pasados doce meses, si bien también la cifra de viajeros nacionales sigue siendo inferior a la de dos años antes, aunque ahora con un peso mayor. Así, de los 977.129 viajeros, 843.362 procedían de otros puntos de España, es decir, el 86,31%; mientras, en 2019 su peso era del 77,09%.

En cuanto a las pernoctaciones, según los datos del INE, los hoteles almerienses contabilizaron 3.096.532 en el pasado ejercicio, el doble que en 2020, pero un 42,72% por debajo de las cifras registradas en el curso prepandemia.

El punto turístico de la provincia más relevante por oferta hotelera y visitantes es Roquetas de Mar, que en 2021 alojó a un 35,4% de los viajeros llegados a hoteles de Almería, mientras en 2019 concentró al 38,34%. Igualmente el turismo nacional ha ganado peso respecto a hace dos años cuando suponía el 76,7% de los huéspedes frente al 88,33% de 2021.