Coronavirus Almería

La heroína canina de la ‘desescalada’

  • Marian López trabaja horas extra para atender a los perros después de los días en confinamiento

Marian López desarrolla en estos momentos jornadas maratonianas para dar cobertura a la demanda.

Marian López desarrolla en estos momentos jornadas maratonianas para dar cobertura a la demanda.

Almería está en pleno proceso de la llamada ‘desescalada’ después de muchas semanas de confinamiento por culpa de la pandemia de la COVID-19, que obligó a un severo encierro dictaminado por el Estado de Alarma del pasado 14 de marzo y que obligó a frenar en seco la actividad económica. Desde el pasado 4 de mayo comenzó una ligera apertura al arrojar los datos una clara caída de la curva de contagios, y hoy ya se ha pasado a una fase 1 del proceso en la que aún hay que andar con pies de plomo y cumplir a rajatabla todas las restricciones.

Cuando la fase 0 comenzó en la provincia, aquel día 4, fueron muy pocos los negocios cerrados que pudieron reabrir, y dentro de ellos estaba el caso de las peluquerías. Sin duda fue el más comentado, o por lo menos el más concurrido después de tantos días. Sin embargo, no solo abrieron las peluquerías para las personas, también las de esos que forman parte de la familia y que igualmente requieren de este tipo de cuidados: nuestras mascotas.

En este caso la demanda también fue muy alta y así lo cuentan los propios profesionales de este gremio. Un caso es el de la joven María Ángeles López Morote, o como todo el mundo la conoce, Marian. Esta joven emprendedora es profesional de peluquería canina en la capital, con negocio físico en calle Juan Valverde Domínguez, 10; una perpendicular a la Calzada de Castro.

Pese a llevar apenas un lustro con su negocio, Marian tiene un bagaje profesional importante a su espalda, ya que se formó al efecto y desarrolló sus conocimientos y buen hacer en diferentes centros veterinarios. Y no solo eso, la gestión en lo que hoy es su negocio está sin duda muy favorecida por sus conocimientos en empresas, ya que es licenciada en Administración y Dirección de empresas con doble master, uno en recursos humanos y otro en marketing, además del certificado a nivel europeo de finanzas.  Y así, finalmente, y después de trabajar durante muchos años en la banca, decidió aventurarse a lo que de verdad la realizaba y desde pequeña le había gustado: los animales.

"Intento dar servicio a todos, pues vienen perros con necesidad: uñas clavadas, nudos...”

Marian paro su actividad el mismo día 14 de marzo y abrió el 4. Justo antes de hacerlo, e incluso recién abierto su centro al público, reconoce haberse “sentido muy desorientada en la información que proporcionaban, debido a que peluquería canina no tiene un epígrafe en concreto. Nos incluyen en un cajón desastre, por así decirlo, donde nos encuadran con servicios varios, como por ejemplo tatuadores, etc.”, explica, al tiempo que reconoce que “no sabía ni si me iban a dar la ayuda. Es más, todavía sigo sin saber si nos devolverán la cuota de autónomo que nos han cobrado todos los meses”.

Además, tampoco tuvo claro hasta que punto podía o no abrir: “Fue una incertidumbre total, porque peluquerías de personas decían que sí, pero de animales era más confuso. Por otra parte, mi gestor apenas daba información porque estaban saturados de trabajo. Así que ha sido más de mes y medio sin poder dormir con muchas preguntas en mi cabeza”.

Finalmente, pocos días antes, hubo un comunicado de sanidad al Colegio de Veterinarios donde daban luz verde a ejercer la peluquería canina en centros veterinarios. “Eso nos causó una gran indignación y desasosiego. No entendíamos que unos centros sí y en otros no, cuando una peluquería canina a mi parecer es mucho más el cuidado, puesto solo nos dedicamos a eso. En cambio, en un centro veterinario, atienden sanidad y hay más tránsito de personas”.

Dos mascotas listas para volver a casa tras su paso por la peluquería. Dos mascotas listas para volver a casa tras su paso por la peluquería.

Dos mascotas listas para volver a casa tras su paso por la peluquería.

Una vez llegada la ‘normalidad’ y puesta en marcha. Marian, que en su caso está sola al no contar con los empleados, tiene una mayor facilidad para aplicar las medidas preventivas contra el coronavirus, aunque el trabajo constante de desinfección es realmente arduo y es algo que tiene que gestionar por sí misma. “Llevo mascarilla, pantalla protectora facial, bata desechable y cubre calzado. Además, en mi establecimiento he habilitado zona para dejar cosas de perro, con un gel hidroalcohólico para que se ponga cliente en su llegada y salida, y solo puede venir una persona a entregar y recoger al animal, con su máscara, por supuesto, aunque esto a veces no ocurre…”.

Protocolo de entrada a su negocio. Protocolo de entrada a su negocio.

Protocolo de entrada a su negocio.

En cuanto al trabajo con el animal, nada más llegar, lo mete en la bañera, donde tiene instalado un suministro de ozono que utilizaba para tratamientos en la piel o para limpiezas en profundidad, “y ahora lo utilizo para todos los perros. Una vez lavados ya no hay peligro”.

“Con respecto a mis utensilios, uso tijeras, peines, cuchillas, etc. Además, yo tengo una máquina esterilizadora de rayos UV, que antes utilizaba al final de la mañana o cuando me venía algún perro en malas condiciones. Ahora lo utilizo de cliente a cliente y esto se lleva unos cinco minutos que deben permanecer dentro para desinfectar, sin olvidar que me tiro todo el día limpiando pomos mostrador, fregando el suelo…”, explica esta profesional sobre unas medidas de seguridad extremas y que aplica con total religiosidad.

Además, solo atiende con cita previa y una sola persona. En este sentido, pide a los clientes paciencia para el servicio y lo que le sorprende en estos momentos es que algunos de ellos van y piden mucha celeridad, algo que en los tiempos que corren y con las medidas de seguridad que hay que desarrollar no es posible, puesto que la salud es lo primero.

En cuanto a la demanda, tenían dos semanas de citas ya programadas puesto que es precisamente ésta la época fuerte del año. “Ahora mismo estoy desbordada. Entro a las 8:00 horas de la mañana y salgo sobre las 21:00, además como en el trabajo. Estoy contenta, pero es cierto que muy cansada, porque quiero dar el servicio a todos. Ya no es solo por un servicio de estética, es que realmente vienen perros con uñas clavadas, nudos que parecen ovejas, gente mayor que no puede bañar a su perro, etc. Y ya estoy dando citas para junio”.

Ahora, lo que más se demanda son los cortes de pelo por el calor, una auténtica prioridad para los clientes en este tiempo de aumento de temperaturas, y las labores de desparasitación.

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