Análisis

belinda pérez

AMAMA con el H. Torrecárdenas y la sanidad pública

En los últimos meses hemos escuchado el llamamiento que una chica almeriense está llevando a cabo en las Redes Sociales y lamentamos profundamente su experiencia, la cual sentimos y respetamos, pero no compartimos. Entendemos su pesar porque nosotras hemos pasado por lo mismo, pero consideramos que no ayuda a otras mujeres que como ella se enfrentan día a día con el cáncer y confían en el buen hacer de la Sanidad Pública, sus profesionales y en nuestro hospital de referencia, Torrecárdenas. A lo largo de los años de experiencia desde la fundación de nuestra Asociación AMAMA, hemos atendido a muchas mujeres y sus problemas añadidos colaborando con el Hospital de Torrecárdenas y haciendo cumplir nuestros objetivos, entre ellos, el acompañamiento, apoyo psicosocial e información a través de la escuela de pacientes. Hemos visto a través de sus ojos, de las lágrimas, de las risas, desde la desesperación y de la esperanza, como estas mujeres confiaban en sus médicos. Y a pesar del momento, nunca hemos visto descontento en ellas con su proceso. Porque ellas entienden que solo ellos pueden ayudarlas.

Hemos visto como los profesionales de la unidad oncológica han cogido de la mano a muchas pacientes poniendo en valor su tiempo y conocimiento para obtener los mejores resultados y pronóstico en la lucha contra esta enfermedad. Aunque no siempre la evolución sea la esperada y responda a las expectativas iniciales. Nadie puede negar que les pesa y mucho, al final son seres humanos como cada uno de los pacientes que somos. Algunas mujeres están aquí y otras no. Pero no nos cabe la menor duda que todas pusieron y ponen hoy su vida en las manos de los mejores profesionales con los que contamos en este hospital.

Hay cáncer de mama que hace años eran muy agresivos y ahora lo son menos. Otros que todavía lo son, pero cuentan con tratamientos que cronifican la enfermedad. Recuerdo en estos días las palabras de Inma, con cáncer triple negativo metastásico cuando decía a su oncólogo: "Tienes mi vida en tus manos". Ella nos contaba que cuando el cáncer llamó de nuevo, su doctora le dijo: "no te vas de aquí hasta que sepamos a que nos enfrentamos y ponernos en marcha lo antes posible". Seis años después sigue con tratamientos novedosos luchando y tiene muy claro a quien le agradece cada mañana que amanece.

Begoña, hace años, con un cáncer hormono dependiente Her2 +++, en aquella época muy agresivo, como apostó su oncóloga por ponerle uno de los primeros tratamientos innovadores de inmunoterapia, autorizando su aplicación a pesar del elevado coste de este.

Otras a las que estamos asistiendo en estos días porque se enfrentan a recidivas, y nos trasladan como siempre el equipo médico ha acelerado procesos de diagnóstico, esperas, sabiendo lo que es enfrentarse nuevamente a la enfermedad. Han estado pendientes de ellas, al otro lado del teléfono, y si no podían atenderte en ese momento, te llamaban en cuanto podían, me recordaba Mar. Accesibilidad, disponibilidad siempre para todas. Recuerdo a Aurelia, nuestra compañera, distinguida por el Ayuntamiento de Almería en su lucha por la igualdad de la mujer guineana, y con cáncer metastásico que lucho codo con codo con su oncóloga, y que desgraciadamente ya no está entre nosotros.

A veces no se entienden los tratamientos, las pacientes están muy vulnerables, demasiada información que procesar en poco tiempo. Pero allí está el equipo de psico oncólogos que se vuelcan con el sentir de la mujer ante situaciones y noticias no agradables durante la evolución de la enfermedad.

Nuestra asociación no sabe de medicina, no es nuestra labor. Nuestro objetivo es ayudar en el ámbito psicosocial a todas esas mujeres a llevar mejor su enfermedad, y creemos que confiar en los profesionales de la medicina es incuestionable. Estamos seguros de que ponen todos los medios que tienen a su alcance para garantizar la mejor vida posible a sus pacientes. Es difícil sentarse en la silla de oncología y seguramente, no siempre hay buenos días, pero sería injusto generalizar. Todos somos humanos. Ellos, los médicos, y nosotros, los pacientes. Convivir con esta enfermedad no es fácil, es un reto continuo por ambas partes.

Por ti y por todas, debemos seguir sembrando esperanza, más empatía y comprensión. Tu oncólogo está por ti y por tu vida. Que no te quepa la menor duda. Pensar lo contrario no lleva a nada.

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