Se llega al ecuador de la ventana invernal, que el Almería ahora mira con pausa. Es curiosa la postura del club en este mercado, producto de una tranquilidad deportiva inusual. Hubo movimientos en la categoría, algunos de trascendencia. Llama mucho la atención la partida de Enric Gallego, seguramente uno de los mejores jugadores de Segunda. Al menos, el más eficaz. El que era futbolista del Extremadura cruza la geografía nacional para marcharse al Huesca de Francisco, que intentará sacarle jugo a sus goles para poder quedarse en la élite. La carrera del atacante catalán es atípica. Un jugador que abraza el primero nivel con 32 años y que da el brinco de Segunda B a Primera en 12 meses. Tal cual, es su impacto en el fútbol profesional. 15 goles con el Extremadura en la primera vuelta son la razón para la importante inversión oscense. Se habla de dos millones, lo que da alcance de la apuesta. El enero anterior llegaba a tierras extremeñas, donde firmó un ascenso. Ahora se marcha a mitad de camino, aunque el reto es mayúsculo. Le espera el Huesca, colista de Primera. La salvación queda lejos, pero hay suficientes puntos en juego como para no levantar la bandera blanca aún. Enric Gallego aterriza en una delantera donde aún no se demostró una fiabilidad acorde a la categoría. Su relación con el gol es total, en la época reciente siempre respondió al salto de nivel, por lo que hay cierta expectación con su desembarco en el primer escalón. La realidad es que motiva verlo y si es capaz de golear ante las mejores defensas del mundo, la oportunidad para él es ilusionante. Hay que hacer memoria para encontrar una irrupción del calado de la del delantero, que sigue dando zancadas pasada la treintena. El Extremadura ganó solvencia económica, le costó 200.000 euros, pero se queda sin un pilar básico para poder quedarse en LaLiga 1|2|3. Por cierto, uno de sus goles lo firmó en el Juegos del Mediterráneo.