Análisis

jorge colipe

Crédito

Cuando dejas de ganar, el saldo será cada vez más pequeño hasta perderlo todoSi eres el jefe y los objetivos no se cumplen, la puerta de salida se abre

Como en las tarjetas bancarias, como en los teléfonos de prepago, como en los bonos de transporte o en las apuestas on-line, en el fútbol el crédito se agota, desde el primer día que pisas tu nuevo club. No importa lo que ganes, los trofeos que hayas llevado a las vitrinas, ni siquiera si has marcado una época. Cuando dejes de ganar, el saldo será cada vez más pequeño, hasta que un día te quedas sin nada. Tal vez la vida se trate de eso. Nacemos y comenzamos a agotar el crédito. Según vivamos, las circunstancias de cada uno y los riesgos que decidamos asumir, la carga con la que llegamos al mundo puede durar más o puede durar menos. Por ello es del todo normal que en el desarrollo de nuestros oficios o profesiones, la lógica sea parecida. Si haces bien tu trabajo, vendrán otros trabajos. Si eres un buen vendedor de coches, las puertas del cielo y de los concesionarios estarán abiertas para ti. Si te has convertido en un goleador infalible o un portero de garantías, el curro está asegurado.

Pero si eres el jefe, la cabeza, el responsable del proyecto y los objetivos no se cumplen, o las sensaciones que trasmites no son buenas, la puerta de salida estará abierta. Siempre se ha dicho que en esto del fútbol el eslabón más débil, es el del director técnico. Si los triunfos no llegan, las miradas se dirigirán hacia él. Ahora la lupa está sobre el todavía técnico del Barcelona, Ernesto Valverde, quien tiene su cuenta deportiva en números rojos. Después del meneo que el Real Madrid le pegó al Barça en su propio campo, las ridículas eliminaciones en las últimas Champions ligue, del empate del Español sobre la hora siendo colista y la derrota ante el Atlético del Cholo Simeone en la Súper Copa disputada en Arabia Saudí, el crédito de Valverde parece haberse agotado. Al equipo, que por momentos juega un fútbol exquisito, se le producen cortocircuitos defensivos de esos que cuestan campeonatos. El Chingurri se ha quedado sin crédito y sus horas están contadas.

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