Análisis

Joaquín pérez de la blanca

Cursos educativos a la izquierda

Existe afán de muchos políticos en meter mano en la educación de nuestros hijos

El modelo educativo en España viene siendo objeto de numerosas actuaciones políticas desde la instauración de la democracia. Con la reciente y última reforma legal (la ley Celaá) afrontamos la octava modificación en el diseño del sistema educativo de nuestro país, a saber: LOECE, LODE, LOGSE, LOPEG, LOCE, LOE, LOMCE y LOMLOE. A pesar de todas las iniciativas aprobadas, los datos que año tras año arroja la evaluación de la calidad de nuestro modelo educativo en comparación al resto de países avanzados, nos dicen que, lejos de disfrutar de un método que logre la excelencia y fomente la competitividad entre nuestros hijos, tenemos precisamente lo contrario por el afán de muchos políticos en meter sus manos en la educación de nuestros hijos, les competa o no.

En el pleno que tuvo lugar el 18 de diciembre de 2020, el grupo municipal socialista presentó una iniciativa por vía de moción "para la mejora en la gestión e implementación de medidas a favor de la igualdad y contra la violencia de género". En la misma se proponía, entre otras, la impartición de cursos sobre igualdad y violencia de género en los colegios de nuestra ciudad, y contó con el respaldo de todo el arco corporativo, a excepción de Vox y de un servidor.

Entre los motivos que argumenté para abstenerme de la moción, relativos a la cuestión arriba referida, se encuentran el que consideraba dicha propuesta irrealizable por constituir una asunción de competencias que no nos eran propias, la educación, y por suponer de facto una injerencia en la libertad y en la labor de los padres de educar a sus hijos, en función al conjunto de principios y valores que queramos impregnarles, para definición de su carácter y del modelo de persona que creamos el adecuado, en su beneficio y que les ayudará a formarse y a realizarse como personas.

Hace unos días en el Ayuntamiento de Getafe tuvimos un ejemplo palmario del modelo educativo que quiere la izquierda editando una guía, Rebeldes de Género, que instruía a los jóvenes con perlas varias como "apaga la tele y enciende tu clítoris". Queda patente cómo a golpe de guías y cursos se pretende influir en los menores imponiendo las verdades de cada cual, cuando no una moral a todas luces vacía de contenido que no enriquece sino todo lo contrario, que ahonda más si cabe en la búsqueda de la satisfacción inmediata de las apetencias humanas. A nivel central, incluso la Comisión Europea advirtió al Gobierno español apelando al artículo 14 de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión, que reconoce que los padres tienen derecho a elegir libremente qué modelo educativo quieren para sus hijos de acuerdo con sus convicciones religiosas, filosóficas y pedagógicas.

Ya es hora de "empoderar" a la familia como cimiento de la formación personal y de excluir al estado, cuya injerencia obedece en la mayoría de ocasiones a intereses cuestionables. Se trata de lo más importante, de nuestros hijos y su futuro.

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