Leroy Sané trata de sortear la entrada de dos rivales en el encuentro de Champions frente al Arsenal.

Leroy Sané trata de sortear la entrada de dos rivales en el encuentro de Champions frente al Arsenal. / Andy Rain EFE (Londres)

No son pocas las ocasiones en las que este periodista ha visto o escuchado como alguien defendía que el periodista del medio local de turno tuviera que apoyar al equipo local también en su ámbito profesional, como si se tratara de un aficionado más. Que si hay que estar unidos, que si hay que remar todos juntos en la misma dirección y una larga lista de tópicos más. Algo que está demasiado lejos de lo que es el deber profesional del periodista. Hace unos días veía en redes sociales unas declaraciones en rueda de prensa del entrenador del Numancia en las que se quejaba de que un periodista de Soria estuviera publicando en las últimas semanas detalles de los entrenamientos de su equipo. “Es del Numancia, es parte nuestra”, llegó a afirmar durante su comparecencia. Clara muestra de no saber, o no querer entender, cuál es la función del periodista y su deber de informar tanto de lo bueno como de lo malo dejando colores a un lado. Algo que se viene repitiendo con demasiada frecuencia últimamente y no solo en este caso, sino a lo largo de la geografía nacional e incluso internacional. En unos tiempos como los que vivimos en los que parece que tan solo existe el conmigo o contra mí, esta es una situación que a no pocos les cuesta entender, quienes creen que un periodista debe ser un aficionado más de su equipo. Ya sabemos que no va a faltar quien no dude en sacar la guillotina para atacar al periodista que dé una información que no sea beneficiosa para el equipo de turno, como si su trabajo fuera apoyar a uno u otro equipo. No son pocos los casos de los profesionales de los medios de comunicación a los que han tachado de ir en contra del Real Madrid y al mismo tiempo otros acusándoles de los propio con el FC Barcelona en uno de los ejemplos más claros. Algo que no es de extrañar cuando en los últimos tiempos, cada vez más, va adquiriendo una mayor presencia el denominado periodismo de bufanda, ese en la que el periodista más que un profesional parece un aficionado cualquiera. Ya va siendo hora de que se entienda que el deber del periodista no es apoyar al equipo de turno, sino informar. Tampoco es tan difícil.

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