A veces no sabe uno qué ponerse. Tampoco sabes si es mejor tener poco o mucho para elegir. Depende, todo depende. La primera opción facilita las cosas y la elección será más rápida cuanto menor sea el número de opciones a escoger. La segunda las dificulta, al haber más alternativas. Pero, puestos a pedir, que sobre. Que a veces tienes muchos pantalones pero no es tan difícil quedarte con el que más te gusta, por bonito o cómodo. Y si no, pues otro.

Y algo así le debe pasar a José Gomes, al que tanto se critica que rote. Pero vamos a ver, si el hombre tiene fondo de armario, qué de malo hay. Otra cosa es que por sistema cambie de prendas y no tenga en cuenta a dónde va, porque si yo un domingo y un miércoles quiero ir bien vestido pues tampoco hace falta variar mucho los hábitos y seguramente repito alguna prenda, sean pantalones o chaqueta. Si no tuviera donde elegir sería más fácil, aunque no es el caso, por suerte o por desgracia.

Se le critica al técnico del conjunto almeriense que, dentro de ese fondo de armario, no haya hecho apenas uso aún de ese abrigo nuevo que le han regalado, de piel uruguaya. Pues no lo habrá visto conveniente todavía, de hecho si hubiera sido al revés seguramente se le estuviera criticando justo lo contrario, que había tocado algo que funcionaba y que para lo que estaba aportando más era mejor haberse estado quieto.

Lo del sábado ante el Lugo vino a mostrar que en todas las líneas hay prendas suficientes y de sobra para elegir, que se pueden combinar de mil maneras. Y que el doble pivote que funciona, estén como estén, es ese. Robertone es muy buen jugador, Petrovic aporta aún lo que puede. Pero Costa y Morlanes juntos, se salen. Casi tanto como Sadiq él solito, quizá de los pocos que no tiene recambio ni natural ni posible. Los otros goleadores, Lazo y Corpas, lo mismo da que sean titulares o suplentes que te la pueden liar en cualquier momento. Pret a porter.

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