No es una certeza, tampoco una realidad. Es más bien una sensación, esas buenas sensaciones que se perciben. Son cuatro palabras que podrían titular una canción o definir un sentimiento. Nadie hasta ahora ha sido superior a la UDA. Han podido ganarle pero no desbordarle, como ocurrió en Granada o como pudo ocurrir en Copa ante el Villarreal. Con Fran Fernández en el banquillo y una piña en el vestuario se ha vuelto a usar la primera persona del plural. Nosotros somos la UDA. Todos. Aficionados, jugadores, periodistas y técnicos. Las famosas patas del banco. Por fin esa sensación de unión, tras años de desunión. Renace la ilusión por viajar para acompañar a tu equipo o hacer lo posible para no faltar y ocupar tu asiento en el estadio. Vuelven las remontadas imposibles. Suplentes que apuntaban a titulares y viceversa se funden literalmente para dar lo mejor de sí. Bendita sensación de llegar a un partido con lo justo, con lo puesto, pero sin miedo. Sabiendo que los 18 disponibles para luchar en un gran estadio como el Wanda son garantía de competitividad. Podrá faltar gol, creatividad, desborde o seguridad defensiva. Llegará el día, esperemos que tarde, en el que no sólo podrán con nosotros en el marcador sino también en el control y el dominio del juego. Pero la sensación es que quien consiga eso deberá hacerlo muy bien y no será seguramente demérito rojiblanco. Ojo eso sí al exceso de confianza, algo que Fran debe saber canalizar. Para bien o para mal han pasado 12 jornadas, sería un éxito llegar a los 20 puntos antes de completar el primer tercio de competición. Y está muy bien ser ambicioso, presumir de ser séptimo a tres puntos del sexto y a seis del descenso. Pero con todo lo que hemos sufrido, por eso mismo, no caigamos en el error: máximo respeto al Rayo Majadahonda que si gana se nos pone a uno. Pase lo que pase, no nos desunamos y que siga esa sensación de que nadie podrá con nosotros.

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