Análisis

rafael leopoldo aguilera

En la Noche Santa "ad galli cantu"

No dejemos de ir a la Misa del Gallo en la noche de Paz y Gloria para recibir la NavidadLa medianoche era anunciada dentro del templo por un canto de galloDesde el año 345 se proclamó el 25 de diciembre como fecha de la Natividad

Salir a la nocturna calle gélida con las medidas sanitarias debido a la pandemia sanitaria para dirigíamos a la iglesia del barrio, tras el repique de campanas, para adorar al Niño Jesús que promete una luz que brillará para el pueblo y los pueblos que "caminan en las tinieblas" y en voz del apóstol Pablo en sus versículos de la carta al discípulo Tito, anuncia la gran noticia: "Se ha manifestado la bondad de Dios, que quiere salvar a todos los hombres..." (Tt 2, 11-14). "Había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño. Y un ángel del Señor se les presentó: la gloria del Señor los envolvió de claridad y se llenaron de gran temor" (Lc 2, 8-9). No dejemos de ir a la Misa del Gallo en la noche de Paz y Gloria, cuando una fábula milenaria del canto de un gallo real con su kiri-kiki fue el primer animal en presenciar el momento último de la expectación de María ante el alumbramiento del Hijo de Dios y de Hombre, anunciarlo al mundo un 24 de Diciembre a las 24:00 horas, recibiendo al día de Navidad. Con la cristianización de la sociedad romana, cuando el primer día de la semana dedicado al sol se dedicó al Señor (Dies dominica), la fiesta del "Natalis solis invicti" pasó a ser la del "Natalis Domini Nostri Jesucristi" o nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, la Navidad. Más aún cuando en los mismos relatos del Evangelio leemos: "nos visitará un sol, que viene del cielo, para iluminar a los que vienen de las tinieblas, a las sombras de la muerte, y guiar nuestros pasos por caminos de paz" (Lc 1,78-79). Desde el siglo V se celebra y hasta comienzos del siglo XX era habitual que la medianoche fuera anunciada dentro del templo por un canto de gallo, bien real, bien simulado. Por tanto, la Misa empieza en la medianoche, en la hora de "ad galli cantu" (que canta el gallo). Desde el año 345 por influencia de San Juan Crisóstomo y San Gregorio Nacianzeno se proclamó el 25 de diciembre como fecha de la Natividad. No se puede entender la Navidad en la cristiandad sin la Nochebuena, sin la asistencia a la Misa del Gallo, enraizada en la liturgia popular, que comienza con las palabras de la antífona de entrada: "El Señor me dijo: tú eres mi Hijo; hoy te he engendrado" (Salmo 2,7). Y entre los pastores y los Reyes Magos con la guía de la estrella de Belén encontraron al Niño Jesús con su Madre María y San José: "La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros".

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