Análisis

Adán j. Perceval cámara

Nieto de Jesús de Perceval

Recordando a emilio López Úbeda

Hace unos días ha fallecido Emilio López, Úbeda 'El Moro', discípulo de Perceval

Maestro, joven, sabio, versado y divulgador efusivo de un taller que ayudó a sobrevivir en una posguerra, cruel y tortuosamente pobre.

El Maestro, güasón, firme, afable, y que ve como el desdén vuelve a ser enseña para con la atesorada riqueza real de la formación en Historia y Bellas Artes. Y aquellos tesoros que se forjan desde la juventud y perviven en el espíritu así pasen 87 años.

Pero su saber no quedó en artículos distantes, sino en sus obras. Las enseñanzas de su padre, las de Perceval, y del maestro carpintero de la calle Séneca allá por 1945. Y del devenir dentro y fuera de la Escuela de Artes y del Taller de Perceval en la casa de Doña Trina de la Cámara, allí en la terrosa calle de Padre Gabriel Olivares.

Nada se encerraba en su mente, lecciones de dorar, de enjaezar un retablo, de estudiar como carpintero-arquitecto observadas del oficio de su padre quien colaborara y llevara adelante labores de sustentación, estucado y refuerzo de los refugios que Langle proyectara sobre el papel y otros con buen conocimiento realizara con sus manos, pericia y denuedo.

Muchos de sus nietos le asaeteaban a preguntas, le enseñaban sus trabajos y le informaban de unos vídeos en que su abuelo Emilio, salía debatiendo sobre Arte, Taller e Indalianos. Su mente fresca y vivaz, pocas veces redundaba en hechos, ampliaba detalles, carices y hechos que vivió junto a su firme amor Paquita, su esposa, y con el crecer de sus hijos e hijas.

Dio testimonio vital, verbal, locuaz del Arte Sacro, de la creación de decorados bajo Míster Peter y el señor David Lean para escenarios creados desde llanos vacíos para Lawrence de Arabia, gestor de proyectos en Obras Públicas con la diligencia y precisión que le inculcó un corazón sincero, terco, exigente, sacrificado contra su salud y su reposo, entre proyecto y proyecto: entre Tabernas, Fiñana, Félix, Roquetas y el Taller de Perceval.

Mi buen Amigo, entrañable pariente "postizo" (nieto postizo, me decía) que me hacia sentir a los tres reunidos en todas nuestras charlas y en su hogar: el atento oyente, el maestro versado ( Emilio López Úbeda), y el maestro de ambos, Jesús de Perceval, que el llevaba consigo con orgullo, como amigo fiel, como "hermano".

El no nos deja. Aunque los hay y habrá que no noten vacío donde días antes estaba un maestro dispuesto a enseñar, y se dirán para si esa pobre y asertiva frase, tan común hoy, "he perdido la … oportunidad (oportunismo)". Por el Saber bien inculcado y transmitido, por los hermanos y Familia que te quieren, te digo mi "abuelo" Emilio: - Hasta mañana, Abuelo Emilio, hasta mañana.

Uno de sus muchos apuntes y diseños para retablos (Iglesia de Santiago, de la Virgen del Mar, De la Compañía de María… entre otras muchas manufacturas en las que colaboró como carpintero-retablero dorador.

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