Análisis

Gumersindo Ruiz

Solo con una buena economía no se ganan elecciones

Los que miran a las encuestas sobre las elecciones norteamericanas se extrañan de que aunque la economía vaya muy bien, la gente esté descontenta. Esto no es tan raro, y algo similar ocurre en la economía española, donde los buenos datos no se corresponden con la percepción que se tiene de ellos. Es un hecho que pese a una situación dificilísima con la pandemia, los precios de la energía, y disrupciones comerciales, España seguirá creciendo este año el 2%, por encima de la media europea; y veo en un mapa del mundo. elaborado por Ganguly, Kovar y Muir para Moody´s Analytics, con las probabilidades de recesión de los países, que España está en el grupo más seguro, junto con Estados Unidos, India, Brasil, y Asia Pacífico (sin Japón), que son los que se salvan. Las agencias de calificación elogian los logros del gobierno con las pensiones, medidas laborales, y haber conseguido cuantiosos fondos europeos; esta política de rentas estimula el consumo de los hogares y mantiene el crecimiento y el empleo. Aunque un pilar económico, no todo es turismo, también crece la formación de capital fijo en equipos, y la inversión neta directa extranjera da estabilidad a nuestra posición exterior, que mejora mucho, cayendo la dependencia en estos años recientes del 50% al 25% del producto. Hay un punto negro que es el déficit público, pues pese a la confianza de las agencias de calificación en la fiscalidad, y tipos reales bajos, camina muy lentamente hacia el lejano objetivo del 2%.

Surgen un par de ideas sobre las que pensar. La primera es que en la percepción de si una economía está o no bien llevada, influye mucho los precios, y aunque España ha navegado la inflación mejor que los países europeos, tardará tiempo en asimilarse el nivel a que han llegado los precios de muchos productos, sobre todo alimentos. Además, en algunas ciudades populosas, alquileres elevados y la vivienda nueva, escasa y cara ya desde 2008, dan una percepción negativa sobre la economía. La segunda idea es el papel de comunidades autónomas y ayuntamientos, que intentan que los ciudadanos perciban que la economía local va bien, pero que la nacional va mal, lo cual es una imposibilidad lógica, pues la suma del conjunto de economías locales positivas no puede tener signo negativo. En este enfrentamiento político aparecen contradicciones, veo por ejemplo, que el gobierno de Andalucía devuelve 119 millones de euros que tenía para crear 14.000 plazas públicas en guarderías, pues entiende que ese dinero debería ir a fortalecer el sistema de guarderías actual que es en dos terceras parte privado. Aunque resulta asombroso rechazar tanto dinero, el razonamiento puede tener su lógica si se teme que las guarderías privadas y sus trabajadores tengan que competir con las públicas, pero desde luego es negativo para el empleo de las mujeres y zonas marginales donde si se quiere evitar la delincuencia la educación debe empezar desde el nacimiento, y para familias medias, que lo único que sienten es un pellizco más en su economía, sin saber muy bien de dónde les viene. Y en cuanto a la lógica, es conocido que alguien cuando no sabía ya cómo explicar una situación, contestaba: “Bueno, es lógico que lo ilógico se oponga a lo lógico”.

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