Análisis

aarón martínez

Vergüenza nacional

El patriotismo da un paso al lado para vilipendiar a los pupilos de Luis Enrique

Los años de triunfalismo y títulos son ya pasado en una Selección Española que se encuentra inmersa en plena transición generacional. Los cambios los está dirigiendo Luis Enrique, que se está encontrando en estas últimas semanas con los voceros y confidentes de algunos para volcar en su persona todas las críticas en clave Eurocopa. A pesar de no estar de acuerdo en lo personal con varios puntos de la convocatoria (Aspas, Navas, Sarabia…), la campaña contra el seleccionador está siendo infame. El caldo de cultivo generado en estos días en contra de su figura evoca a una gris etapa en la que prensa y aficionados avasallaron a Luis Aragonés allá por 2006, cuando dejar fuera a Raúl conllevó ríos de tintas en contra de El Sabio de Hortaleza.

Banderita de España al balcón, en la muñeca o anudada al cuello, excepto cuando no convocan a alguien de tu club. Ahí dejamos de ser españoles para ser generadores de críticas y querer la victoria del rival en detrimento de tu selección. El sentimiento nacional de algunos solo para los debates territoriales y charlas de bar. El patriotismo da un paso al lado para vilipendiar a los pupilos de Luis Enrique. La crispación invade a una afición que carece de desánimo, ya que más bien es autosuficiente y se regenera a través de desmerecer todo el trabajo del combinado nacional.

Había muchos esperando el tropiezo en el debut de España para hacer un recordatorio de todas las atrocidades realizadas por el técnico asturiano. Hasta cuando se fue superior, se dominó y solo la escasez goleadora frenó a un conjunto que fue mejor que Suecia. Los pitos a Morata, primero en Madrid y posteriormente en Sevilla, son la mejor muestra de todo lo que se ha ido generando estos días previos a la celebración de la competición continental. Parece que ganar nunca tuvo un camino más desolador y lleno de dificultades, incluso jugando en tu propio país. Por los irreverentes. A muerte con Lucho.

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