¿Otra Virgen del Mar?Tercera parte

Tapia llega a preguntarse si la Virgen de la Piedad pudiera ser una réplica en madera de aquella antigua de plomo

Sabemos por tanto, que esta imagen era la que se sacaba en procesión para las rogativas por la lluvia, al menos a partir de su hallazgo, y que estuvo colocada en el altar mayor, primero de la catedral vieja y más tarde de la nueva. Recibiendo un culto especial al menos hasta que en 1558 se inauguró la capilla de la Piedad, cuya imagen parece que la sustituyó primero en el culto y, más tarde, en las procesiones de rogativas. Sin embargo, todavía se le menciona en el Inventario de 1567. Desgraciadamente, se desconoce qué fue de ella pues no hemos vuelto a encontrar ninguna otra referencia directa a la misma.

Muy probablemente compartiría culto y capilla con la de la Piedad durante bastantes años, al no considerarse prudente suprimirla bruscamente e incluso podría tratarse de la misma imagen. A este respecto Tapia llega a preguntarse si la Virgen de la Piedad pudiera ser una réplica en madera de aquella antigua de plomo y la leyenda del origen de la Piedad sea solo eso, pura leyenda.

Además, creo que hay referencias indirectas a esta imagen cuando las actas capitulares mencionan la Misa, dedicada a Nuestra Señora, que se celebraba todos los sábados en la catedral. Porque esta misa se venía diciendo desde muy temprana fecha, muy probablemente desde la aparición de la imagen en 1528. Aunque la primera noticia documental que se tiene de dicha Misa es de 1535, fecha en la que la Virgen de la Piedad aún no se conocía, ya que se la entregan a Corrionero en 1558, el mismo año de su llegada a Almería. Por consiguiente, dicha Misa debía celebrarse ante el altar donde se encontraba la imagen de esta Virgen del Mar, a la que Villalán quiso dar un culto especial. Efectivamente, en esta fecha, 1535, ya trata el Cabildo sobre la Misa de los sábados al haber advertido cierta relajación en la misma, lo que indica claramente que dicha misa ya se celebraba con anterioridad.

Todavía en 1550, después de haberse producido un importante terremoto en la ciudad, el Cabildo vuelve a tratar sobre la Misa de Nuestra Señora recordando que debe decirse todos los sábados y han de asistir todos los señores desde los racioneros hasta las dignidades, bajo la multa correspondiente. Este acuerdo del Cabildo fue refrendado por el obispo Villalán.

Esta Misa siguió celebrándose durante bastantes años más y todavía en 1699, 150 años más tarde, se hace referencia a la misma, aunque posiblemente ya ante el altar de la Virgen de la Piedad, que por entonces ya había sustituido totalmente a la imagen de plomo que, una vez muerto Villalán, empezó a ser relegada en favor de la de la Piedad primero y de la Virgen del Mar más tarde. O incluso de ambas en algunos momentos, a la hora de sacarla para pedir por la lluvia, la exterminación de la langosta o con ocasión de estar la población afligida por terremotos o peligro de epidemias. Aunque durante el siglo XVII unas veces se sacaba a la Virgen del Mar, otras a la de la Piedad e incluso en ocasiones ambas juntamente.

Afirma Tapia que la primera vez que se sacó a la Virgen del Mar de los dominicos para pedir por la lluvia fue en 1630, a propuesta del obispo fray Antonio Viedma y Chaves. Es cuando menos sumamente curioso que no fuera hasta el episcopado de Viedma y Chaves cuando empezó a sacarse a la Virgen del Mar, pues no podemos olvidar que este obispo era dominico, por lo que su simpatía hacia la imagen que custodiaban sus hermanos de orden era cosa sabida y que a nadie debió extrañar. Apenas un año vivió en Almería fray Antonio, pero durante ese poco tiempo se preocupó de propagar la devoción y el culto a la Virgen del Mar de los dominicos.

Además de las consideraciones expuestas anteriormente y siendo también sumamente curioso que fuesen moriscos, cristianos nuevos, quienes encontrasen la imagen, pues bien podría ser una ocurrencia buscando el alejamiento de toda sospecha de islamizar; pudo ser el caso que nos ocupa una invención del obispo Fernández de Villalán, que era franciscano, y tenía frecuentes pleitos con los domínicos, celoso de estos y de la devoción que su Virgen recibía de los almerienses.

¿Quiso el obispo competir con la otra Virgen del Mar que custodiaban los dominicos? Casi con total seguridad así lo creemos, máxime teniendo en cuenta la fuerte personalidad de este prelado.

Además, los dominicos gozaban ya ante la población almeriense de una gran popularidad, que seguro se iba a incrementar con la construcción del convento, cuyas obras se habían iniciado unos años antes, concretamente 1525, y el obispo, que también estaba construyendo su catedral, pudo sentir celos.

No sería nada extraño, pues, que Villalán, al dar título a la imagen, conociendo perfectamente la denominación de la de los frailes, intentara darle una mayor definición marina y mariana a la imagen; para diferenciarla e incluso potenciarla respecto a la ya existente, que tenía su cofradía y devoción correspondiente en el convento de los domínicos, con los que no mantuvo una buena relación durante su episcopado, y la llamase Santa María de la Santa Mar.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios