Entre otras cosas, decía el otro día Chumi, a la conclusión del partido frente al Logroñés que de cara a los play off el equipo estaría como aviones. ¿De verdad? Pues menos mal que iba a estar así, ya que de lo contrario (visto lo visto en Gerona) hubiera sido un descalabro total. La sensación que nos dejó el equipo no es buena. Es cierto que todos vamos a apelar a la heroica para seguir adelante en estos play off, pero para lograrlo hay que competir, dejarse el alma, luchar hasta el último aliento, pero no como lo hizo el equipo en Gerona. ¿Estarán satisfechos los jugadores con el partido que hicieron? Si no lo tienen muy claro, basta con darse una vuelta por redes sociales, donde los aficionados, los sufridos aficionados, dejan sus opiniones, sus comentarios. Lejos de los insultos personales, que creo que sobran, son desproporcionados y es faltar al respeto a los jugadores, la opinión generalizada es que el equipo no hizo un buen partido, que no tuvo capacidad de reacción y que parecía no estar convencido de sus opciones. No chutar ni una sola vez entre los tres palos de la portería contraria dice mucho de la nula capacidad ofensiva del equipo, y si a esto añadimos los despistes - una vez más - defensivos, hacen un cóctel que la afición, ilusionada como nunca con los play off, estallara contra el equipo, impotente e inocente ante un Girona que dio la sensación de llegar más mentalizado a este play off que el Almería. La ciudad volcada, la afición ilusionada pero falló el equipo que, en definitiva, es quien tiene que ganar los partidos. Decía no hace mucho tiempo Rubi que la afición tiene que sentirse orgullosa de su equipo. Pues en las manos o mejor dicho, en las botas de los que elija Rubi el sábado está dejar o no en evidencia a los jugadores. Toca remontada. Toca corregir lo que se ha hecho mal, muy mal ¿volverá a fallarle el equipo a la afición, a esa afición que siempre ha estado a su lado?

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