Análisis

Agencias enrique marazuela

Los créditos a inquilinos se aplicarán desde el 1 de abrilLa Gran Pandemia

Ábalos anuncia que la línea ICO de 1.200 millones de euros avalada por el Estado comenzará esta semana y tendrá efectos retroactivosAntes de plantear la medida, la firma quiere explorar todas las opciones con el comitéLlegar de nuevo al punto de partida tras la pandemia nos costará muchos esfuerzos

El Ministerio de Transportes activará esta semana la línea de préstamos avalados por el Estado de 1.200 millones de euros para que puedan solicitarlos los inquilinos que tengan problemas para atender el pago mensual del alquiler de su vivienda a causa de la actual crisis sanitaria y el estado de alarma.

Así lo anunció el titular del Departamento, José Luis Ábalos, quien aseguró que los préstamos se concederán a los ciudadanos con carácter retroactivo, esto es para pagar las rentas desde el 1 de abril. "Esta semana estaremos firmando el convenio para que la medida se aplique con efecto retroactivo desde el 1 de abril", anunció el ministro durante su comparecencia en el Congreso sobre estos créditos para pagar el alquiler, que se calcula que beneficiará a unos 450.000 inquilinos.

Se trata de una de las medidas estrella del paquete de ayudas relacionadas con la vivienda en renta que el Gobierno aprobó a finales de marzo para paliar los efectos de la crisis en este sector.

En virtud de esta medida, el Ministerio firmará un acuerdo con el ICO para un plazo de hasta catorce años por el se habilitará una línea de avales con cobertura estatal por el referido importe de 1.200 millones de euros para que, a su vez, los bancos ofrezcan créditos a los inquilinos con dificultades.

De esta forma, las personas que vivan de alquiler en una vivienda cuya titularidad sea de un particular (el 85% de los casos) y cuya situación económica se haya visto afectada por la crisis, podrán pedir uno de estos préstamos a través de su entidad financiera para pagar hasta seis meses de alquiler.

El Ministerio prepara una Orden en la que se concreten los requisitos que tienen que reunir los beneficiarios de los préstamos.

Su consecución no supondrá ni gastos ni intereses para quien los solicite que, además, contará con un plazo para devolverlo de seis años, con posibilidad de una prórroga de cuatro años más. Además, el banco abonará directamente el importe del préstamo al propietario del piso que, de esta forma, se evita la incertidumbre de un eventual impago del inquilino.

Para articular los préstamos, el ICO una vez firme el acuerdo con el Ministerio, formalizará los contratos de aval con los bancos por dicho importe máximo de 1.200 millones de euros. De su lado, el Departamento que dirige Ábalos, pagará a los bancos las comisiones que los créditos tengan por gastos de administración y gestión y los correspondientes así como intereses, lo que supondrá un importe máximo de 123,6 millones de euros.

Durante su intervención, al ministro avanzó también que esta semana se transferirá a las comunidades autónomas el importe de 100 millones en el que se ha aumentado el actual Plan de Vivienda para que las regiones puedan ayudar a garantizar la residencia a personas y familias vulnerables "no ya por efecto de la crisis, sino porque estaban ya en una situación de vulnerabilidad y esto les agrava la situación", detalló.

Este importe se sumará al de 346 millones que el Ministerio ya ha "ordenado adelantar, mediante una transferencia urgente", a las comunidades. Se trata de la anualidad correspondiente a 2020 del Plan de Vivienda, según detalló Ábalos, quien consideró que, "de esta manera, las comunidades autónomas disponen ya de recursos para atender todas las ayudas" que el programa comprende.

NO ha habido ningún evento tan disruptivo colectivo a nivel global desde la II Guerra Mundial como la pandemia del coronavirus; en la literatura de los analistas ya se le ha bautizado como la Gran Pandemia. Frente a las caídas iniciales de los mercados, que reaccionaban con perplejidad ante esta situación, hemos entrado en una fase menos convulsa, porque el entorno actual se puede calificar de todo menos de tranquilo.

Esta quietud de los mercados, que desde luego no puede darse como definitiva, se debe a que los operadores entienden que la pandemia tendrá un comportamiento similar en todos los territorios y que seguirá el patrón que parece haberse definido en Asia. Europa muestra claros signos de estar validándolo. Esta es la razón por la que la escalada de contagios y muertes que se está viendo en otros territorios, especialmente EEUU, no está sacudiendo nuevamente a los mercados.

Este patrón de comportamiento, no obstante, es vulnerable porque no hay en estos momentos ni remedio ni vacuna, se trata de un virus nuevo para el que el sistema inmunológico no está preparado y es, por lo tanto, altamente infeccioso. No obstante, hay esperanzas tales como la inmunización individual de los que ya han superado la infección, y que se genere la así llamada inmunización colectiva, o la obtención de un remedio.

Desde el punto de vista económico, las medidas tomadas para preservar la salud pública están teniendo un drástico efecto negativo en la economía. Esto no es una crítica a las medidas, ni mucho menos; no seamos ilusos, no hay economía sin salud y mucho menos… sin vida. Las cifras de caída del PIB van a ser abultadas y superarán las de cualquier periodo anterior de tiempos de paz, por muy negativo que sea, salvo la Gran Depresión. Aunque pueda parecer paradójico, la preocupación de los economistas no está ahí, porque se entiende que es el pago necesario por la salud y la vida.

La preocupación está en cómo quedará la economía después de la derogación de las medidas de salud pública. El levantamiento de estas va a provocar un efecto rebote, eso sí, tanto menos vertical cuanto más gradual sea la desescalada. Pero el problema es que este rebote no nos llevará hasta el punto de partida en el que estaba la actividad antes de la explosión de la pandemia. No descartamos que se alcance, pero no será espontáneamente sino a través de medidas y esfuerzos.

Aparte de los terribles e irreparables daños en vidas y en sufrimientos de los infectados, esta pandemia ha destruido muchos negocios, con lo que ello supone a la contribución a la oferta de sus productos, a la demanda de sus insumos y al empleo de sus trabajadores. Las medidas de las autoridades, que han sido rápidas y contundentes, tienen como objetivo que esta destrucción sea transitoria y que esta contracción del PIB no sea estructural. Nosotros estamos convencidos de que con mucho acierto y esfuerzo puede ser una realidad.

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