Análisis

María Moreno

Artista plástica y gestora cultural en el colectivo Espacio Campingás

Los lunes felices

Por lo pronto solo puedo decirte que soy igual de feliz un lunes que un viernes

E"Te vas a morir de hambre. Lo mejor es que te prepares unas oposiciones y cuando seas funcionario te podrás dedicar a hacer las cosas que te gustan en tus ratos libres. Es imposible ganarse la vida como artista. Si estás planteándote una carrera de humanidades o bellas artes; si quieres seguir tu vocación más profunda y ser filósofo, dramaturgo, pintor, poeta… te esperan toda clase de apuros económicos."

Me resulta curioso observar como todos aquellos que vaticinan para ti el peor de los destinos si decides arriesgarte a trabajar por cuenta propia haciendo lo que te apasiona, no tienen en absoluto la solvencia económica que quisieran. Nadie que haya conseguido libertad financiera te dirá que apostar por algo que amas es un error. No arriesgar es siempre un pensamiento que conduce inexorablemente a la mediocridad.

Esas personas que defienden a capa y espada la "estabilidad" económica suelen ser aquellos que han firmado hipotecas infinitas para comprar algo con un dinero que no es suyo, que tienen un sueldo del Estado o de una empresa, que poseen varias propiedades pero viven asfixiados por las deudas y que no saben hacer una declaración de la renta porque necesitan de los servicios de una asesoría. Osea: personas que curiosamente dejan la provisión y gestión de su dinero en manos de cualquiera menos en las suyas propias.

Entonces me pregunto ¿por qué invierten la mayoría del tiempo haciendo un trabajo que no les hace sentirse realizados, si viven igualmente esclavizados por el dinero? ¿Qué les hace pensar que depender de un gobierno o de una gran compañia aporta más seguridad a sus vidas si en cualquier momento puede llegar una crisis como la actual que haga quebrar las arcas públicas y las entidades privadas?

No sé si te ha pasado, pero después de que yo aprendiera a conducir me sentía mucho más segura al ir al volante yo misma, que cuando alguien llevaba el coche por mí.

Y me cuestiono también por qué el sistema me invita a ser una buena empleada, a hipotecarme, a pagar mis impuestos, a consumir fervientemente, a asegurarme -a mí, a los míos y todas mis pertenencias-, a hacerme un plan de pensiones, etc. Sin embargo y a pesar de esa trayectoria que presuponen para mí, nunca consideraron necesaria ningún tipo de educación financiera que me permitiera llegar a ser una persona empoderada y autosuficiente.

Apenas nos han enseñado a tener pensamiento crítico, a replantearnos los patrones o estilos de vida que nos vienen impuestos, a emprender, a gestionar nuestras propias finanzas. De este modo es fácil que creemos una relación de dependencia con el Sistema. Primero se inventan una necesidad, luego nos proporcionan una deuda y por último se proponen como la única solución a los problemas que ellos mismos han generado.

"El arte como medio de vida, que extravagancia. Nunca podrás sostener una familia de esa forma." Te dice alguien que solo puede dedicar tiempo a sus hijos el domingo, porque trabaja a jornada completa de lunes a viernes y los sábados tiene que ir a hacer la compra semanal al centro comercial más cercano.

Es posible ganarse la vida como artista o profesional independiente si no necesitas tener una casa en la sierra y otra en la playa; si sabes distinguir ocio de consumo materialista; si no tienes que pagar una deuda fija y sus intereses por 30 años; si no tienes un robot de cocina que prepare tu almuerzo cada día o un móvil en el que inviertas el sueldo del mes.

E incluso si has elegido la posibilidad de una vida basada en las pertenencias y no en las experiencias, puedes seguir considerando la opción de dedicarte a un oficio creativo. Considero que en la medida en la que invirtamos en nuestro propio conocimiento y formación, tengamos una propuesta emprendedora que aporte valor a la sociedad y nos impliquemos en cuerpo y alma en un trabajo en el que creemos firmemente, conseguiremos ser profesionales que puedan prosperar en cualquier sector laboral y aspirar a tener la solvencia económica que deseemos. Una buena recomendación para el camino es "Qué harías si no tuvieras miedo.

Claves para reinventarte profesionalmente y prosperar en la nueva era" de Borja Vilaseca.

Y si estoy equivocada, si he escogido una profesión que me conduce finalmente a tener una económica tan precaria que me vea obligada a tirar la toalla y dedicarme a cualquier otra cosa, te aseguro que no voy a quejarme de mi mala suerte o a culpar a un Estado del que hace mucho que no espero nada. No hemos de identificarnos tan solo con un trabajo porque somos mucho más que el oficio que desempeñamos: la valía personal no va en función de ser director ejecutivo de una multinacional o camarero de habitaciones. Si no que depende -entre otras cosas- de sentirnos bien con lo que hacemos cada día y de hacer sentir bien a aquellos que tenemos a nuestro alrededor.

Por lo pronto solo puedo decirte que soy igual de feliz un lunes que un viernes y que a pesar de que me encuentre

absolutamente perdida entre burocracias y obligaciones fiscales y de que tendré que prescindir de los servicios de mi asesora -que es tan paciente como encantadora-, estoy muy determinada en resolver por mí misma mi declaración trimestral del IVA. Ahí es nada

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