Lo de esta temporada es para enmarcar, pero como lo que no se debe de hacer. Lo del Almería es como una película de esas que luego no te dejan dormir. ¿Se puede hacer peor? Tal vez, pero lo están bordando estos muchachos -me refiero a los jugadores- que el otro día frente a Osasuna, luego de venir de casi dos semanas llenas de halagos y de una corriente muy positiva pese a haber ganado un solo partido en Liga, parecía que la cosa no iba con ellos. Apatía, desganas, falta de competitividad... Muchas cosas se podrían decir de esa actitud mostrada por el equipo ante su público, que, pese a la hora y al mal tiempo, casi once mil almas se acercaron a las gradas del Estadio para animarles y apoyarles . Menuda respuesta de los jugadores en el campo. Pocos fueron los pitos y los pañuelos que se escucharon y vieron al final del partido, con la sonrojante derrota por 0-3 ante un Osasuna que no ha tenido esta temporada un partido más plácido que el de Almería. Con la posibilidad no solo de ganar el primero en casa ante tu público que no te ve ganar desde mayo del año pasado y poder dejar de ser el último de la clasificación. Otra vez más, bacalá. Creo que va siendo hora de que alguien desde la sala noble del Estadio mire a la cara a estos jugadores y les cante las cuarenta porque el bochorno del otro día fue morrocotudo y cuando la afición empieza a mirar hacia el palco y a mostrar su disconformidad con lo que está viendo, malo María. Algún dirigente debe cantarle las cuarenta a estos jugadores y hacerles saber, no solo el desencanto de la afición, sino el ridículo que están haciendo con un único triunfo y cuatro entrenadores. Está claro que algo se está haciendo mal, pero no estaría de más que alguien, como digo de la zona noble, baje al vestuario y les hable clarito.
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