Análisis

María Jesús Mata carretero

Un pregón inolvidable

Ctodo comenzó el 9 de noviembre de 2019. Casualmente, me encontraba en Toledo pasando unos días y la Divina Providencia quiso que asistiera a la celebración de la Santa Misa en el Real Monasterio de San Juan de los Reyes, sin saber que se celebraba la Eucaristía mensual de la "Cofradía - Hermandad del Santísimo Cristo de la Humildad".

Al finalizar, los feligreses nos desplazamos hacia una pequeña capilla donde se encontraba un Cristo admirable. Le rezamos una bella oración y lo besamos. Un hermano cogió de su cartera una estampa para regalármela.

Le di las gracias pidiéndole, por favor, que pasara dicha estampa por la imagen. En ese instante, fue cuando descubrí su excelso nombre "Santísimo Cristo de la Humildad de Toledo", talla del imaginero - escultor sevillano don Darío Fernández, de 2007. Comenzó entonces una cordial amistad produciéndose una serie de "Benditas" casualidades y circunstancias, unido a una fe que ha movido montañas, ocurriendo todo de manera totalmente "Predestinada".

Cuando el 13 de enero el Hermano Mayor, don Luis Bolado, me invitaba a pronunciar el pregón me sentí feliz e inmensamente honrada por tan alta distinción. Para mí representa un gran honor y un auténtico privilegio haber sido nombrada la "Primera Pregonera de la Cofradía-Hermandad del Stmo Cristo de la Humildad de Toledo" una andaluza, concretamente, natural de Canjáyar donde desarrollé mi niñez y adolescencia, aunque actualmente resido en Almería.

Me faltaban palabras para dirigirme a los 400 hermanos de esta histórica Hermandad de Toledo, ya que no me conocían de nada. No esperaba que se acordaran de mí para una ocasión tan especial, detalle que agradezco de corazón y me encuentro orgullosa de ello para poder expresar el cariño que siento hacia nuestro "Santísimo Cristo de la Humildad". Deseo, profundamente, haber estado a la altura y dado fiel cumplimiento a las expectativas que el Cristo y sus hermanos cofrades merecían y esperaban de mí, unido a la imposición de la preciada medalla como hermana de dicha Hermandad. Fue una tarde - noche muy emotiva y entrañable que no olvidaré jamás, porque en todo momento fui recibida y tratada como una toledana más. ¡Gracias!

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