Análisis

Francisco G. Luque Ramírez

El torneo de la ilusión

Creo que una de las grandes modificaciones del balompié español de las últimas décadas ha sido convertir la Copa del Rey en lo que es hoy en día. Es cierto que la RFEF puede mejorar aún en muchas cosas, sobre todo en lo de que por un puñado de dólares su final se pueda marchar, como la de la Supercopa de España, a otro país, algo que desde mi punto de vista es intolerable. Y no lo digo por una cuestión patriótica. No. Nada más lejos de la realidad. Lo digo porque siempre deben prevalecer los intereses del aficionado, de las personas que van al campo a animar a su equipo y llenar de vida, color y sonido al deporte rey. Su importancia se está comprobando actualmente, debido a la pandemia de coronavirus, por la ausencia de fieles en las gradas. No hay ni punto de comparación entre disputar un partido con el campo lleno a hacerlo con uno vacío. Hay que tratar lo mejor posible a los seguidores (a los que se lo merezcan) y no privarles de una final de una competición española que lleva varias temporadas generando una ilusión que parecía ya olvidada en este torneo del KO. Quizás para algunos grandes conjuntos de Primera División no sea nada más que un título secundario, algo que algunos como Real Madrid o Barcelona se han llegado a tomar casi a broma años atrás, viéndolo como un mero trámite que les parecía fácil, aunque alguna vez que otra se han llevado un disgusto inesperado ante rivales de categorías inferiores. Ahí es donde reside la clave de esta Copa del Rey, el alma de un torneo en el que conjuntos de Primera, Segunda, Segunda B, Tercera e incluso categorías autonómicas, se ven las caras entre sí. Los jugadores de clubes amateur viven el sueño de sentirse como profesionales, como mínimo por un día, mientras que los futbolistas de élite hacen un ejercicio de regresión memorial para no olvidar del lugar del que partieron. No sé si algún jugador del CD El Ejido o del Pulpileño estará el próximo curso en Primera División o en Segunda, como lo está la UDA, pero seguro que todos disfrutarán del momento en esta oportunidad que les brinda la Copa del Rey para luchar ante los grandes. Mucha suerte a los almerienses.

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