Respetado compañero, Ghandi dijo que si quieres cambiar el mundo debes de empezar por cambiarte tu mismo. He dicho siempre que el mundo lo cambian los que saben decir “no”. Por convicción filosófica soy irreverente, por convicción histórica soy non conformista, por convicción religiosa “gracias a Dios” soy ateo Ya es hora de que Los Socialistas dejemos de ser Borbónicos y recobremos Las Esencias y las Convicciones que engendraron nuestro nacimiento y alimentaron nuestra andadura. La Solidaridad, La Justicia, La Libertad. La Laicidad debe ser, en nuestras escuelas el yunque donde se forja El Civismo, el horno donde se cuece el Respeto a La Diferencia sin el cual no es posible una Democracia Decente. Hagamos La Reforma Electoral, que cada circunscripción elija su candidato, que los electores sepan quién es su diputado. Basta ya de listas cerradas que pervierten La Democracia. Que los cargos del sistema Judicial los elijan los jueces. Hay que despolitizar el sistema judicial, hay desjudicializar la política, hay que resucitar a Montesquieu. Con la Historia tenemos una asignatura pendiente, La Socialización de la Justicia. Conseguir en la administración de La Justicia lo que hemos conseguido en el mundo de La Medicina. Llevemos la imaginación al poder. Para ganarse el respeto del electorado hay que tener la convicción de que somos nosotros los que “Podemos”. Todo cargo en el partido debe ser elegido por los militantes. Todo candidato a un cargo electoral debe ser elegido por primarias abiertas a los electores. Premiemos el talento no la sumisión. Que salgan en la foto los que se mueven. Que los secretarios de agrupación sepan que no se pueden elegir a sí mismos como candidatos para ir a un congreso ni elegir sus amigos a dedo sin saber que en vez de ser premiados con puestos en el aparato, como ocurre ahora, (conozco un caso particular), serán expulsados del partido por corrupción política. Nadina tuvo las “vísceras seminales” de enfrentarse a los barones del partido (los Franceses les llaman elefantes) y conseguir que los militantes tuviésemos derecho a elegir nuestro Secretario General. Por respeto a su integridad intelectual y honestidad política le voté. Nadie ignora que fuiste el favorito del Aparato, es decir, de los que defienden la Partitocracia. Si no te liberas de esa deuda, (en política no se regala nada) llevaras el partido a una ruina mayor de las que nos dejaron Zapatero y Rubalcaba. Hemos desperdiciado dos años estúpidamente.

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