Utopías posibles

Construyendo otra escuela

La pregunta es si quieres formar parte del problema, o de la solución. No hay término medio

La campaña de desprestigio de la escuela pública continúa, imparable. La educación es de ese tipo de negocios, como el de la sanidad, los bebés, las funerarias o las compresas, que nunca perderá clientela. Por eso la clase empresarial está deseando hincarle el diente. Y para ello, nada mejor que destinar cada vez menos recursos a la escuela pública, desprestigiar al profesorado, infundir el miedo entre las familias, mostrar las supuestas virtudes de la educación privada…

Frente a esto, podemos seguir quejándonos amargamente en conversaciones de bar, que es donde en España se arreglan las cosas (nótese la ironía), o podemos mirarnos el ombligo considerando que cada familia es un ente todopoderoso e independiente del resto de la sociedad. Como decía la gran diva del neoliberalismo, Esperanza Aguirre: "que la escuela pública quede para quien no pueda pagarse la privada".

O también podemos construir. En palabras de Galeano, "dejemos el pesimismo para tiempos mejores". La educación afecta a todas las personas, a toda la sociedad, las familias, docentes en activo, estudiantes, universidad, tejido asociativo… Si somos conscientes de que el cambio en la escuela empieza por cada cual, consideramos que la educación es la única manera de transformar el mundo, y que la escuela pública es la mejor vía para la igualdad de oportunidades, empezaremos a mejorar.

Además, el cambio se está haciendo, en nuestro entorno más cercano. También aquí, en Almería, con colectivos como el MCEP (Movimiento Cooperativo de Escuela Popular) o FAPACE (Federación de Asociaciones de Madres y Padres), que trabajan por el cambio y la mejora de la escuela desde hace 40 años, y otros muchos como la Red Utopía y Educación, la Liga Española de Educación, el Movimiento Popular de Estudiantes de la Universidad de Almería, organizaciones sindicales como USTEA y CGT, e incontables docentes y centros educativos.

La pregunta es si quieres formar parte del problema, o de la solución. No hay término medio. No participar es dejar que la escuela siga deteriorándose. Si te animas a construir esa nueva escuela, los próximos días 15, 16 y 17 de marzo tienes una oportunidad en las VI Jornadas de Escuela Moderna, Pedagogía Crítica y Comunidades de Aprendizaje (busca información en las redes sociales e Internet). Si no, siempre puedes seguir arreglando el mundo en el bar e instalarte en la inútil queja perpetua.

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