La Resistencia

Luz Belinda Rodríguez

Parlamentaria andaluza de Vox por Almería

Culturas y culturetas

Que la historia se ha escrito en piel y carne despedazada de hombres que regaron los campos con su sangre

D E un tiempo a esta parte, todo recuerdo del pasado o es caspa o es fascismo. Resulta que conocer nuestra historia, sentirse orgullosa de ella e incluso querer aprovechar nuestra herencia cultural para generar valor para nuestra ciudad es ser facha. Y así nos luce el pelo, o peluquín, peluca, o "peluque", para así cumplir con todos los géneros y "géneras o géneres" del lenguaje inclusivo; última chorrada inventada por quienes pretenden mirar la historia y la cultura tras el vidrio de sus propios prejuicios. Y mientras se discute si Prim era o no un fascista heteropatriarcal, resulta, que según la cultureta nacional, la Toma de Granada fue un genocidio y el descubrimiento de América una barbarie. O sea, que durante las revueltas moriscas, Farax Aben Farax y los suyos, en las alpujarras, allá por el 1568, repartían rosas y pastelitos de la abuela.

A ver si un día aprendemos que el pasado no puede juzgarse con la mentalidad del presente y que en la guerra, héroes y villanos los hay en todos los bandos. Que la historia se ha escrito en piel y carne despedazada de hombres que regaron los campos con su sangre. Y sí, fue atroz. Y sí, continúa siendo atroz. Pero la vacuna no está en condenar el pasado, sino en ser conscientes de sus luces y sus sombras, de su miseria (porque la hubo, y mucha), pero también de las grandes gestas que ensancharon los horizontes del hombre.

Parece lejano aún ese hermoso día en el que aquellos que siguieron al caudillo Farax Aben y los bravos soldados de Luis Yañez Fajardo, Marqués de los Velez, que los enfrentaron, junto a los del Marqués de Mondéjar, sean homenajeados juntos; pues ya que su sangre se mezcló sobre la misma tierra que vio nacer a ambos, bien estaría que a todos se les recordara con el respeto que merecen los valientes. Aquellos que fueron capaces de arriesgar -y en muchos casos perder -la vida por aquello que creían y amaban. Pero veo difícil que ocurra mientras lo políticos sigan manoseando la historia y la cultura sin rubor y a destajo.

Por cierto, hablando de políticos y políticas, culturas y culturetas: Almería es la ciudad en la que nació el mito del Cid, como bien ha señalado David Porrines en su "Cid. Historia y mito de un señor de la guerra". Cada día que pasa sin poner en valor la cuestión es una capa de vergüenza sobre todos y cada uno de los concejales. Del primero al último. Sin excepción.

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