Reflejos

Francisco Bautista toledo

Democracia, Razón y emoción

La razón y la emoción son dos impulsos que mueven la acción política. Cuando la razón sienta su fuerza, se establecen relaciones entre los diversos entes políticos dentro de un círculo normativo definido, el cual no será traspasado. Todos los actores que intervienen respetan sus límites, estando éstos definidos por la Constitución.

Los partidos políticos que participan en unas relaciones en las que prima la razón, debaten, difieren, unos por avanzar hacia un mayor reparto de riqueza, más ayudas sociales, mayor igualdad social. Otras fuerzas harán todo los posible por mantener la situación como está, e incluso recuperar aspectos ya derogados, buscando por aligerar el poder del Estado. Pero todos coincidirán en mantener la situación de diálogo, la colaboración por conservar el sistema político vigente, su capacidad de transformación, y adaptación, a las nuevas circunstancias que la realidad les presente, permaneciendo siempre unidos en la defensa de los valores básicos, que defiende el sistema constitucional establecido. Abogan por un perfeccionamiento del Estado, desarrollando estos valores hacia el sentido que cada uno considera deben tener, dentro del área definida por los principios constitucionales. El encuentro, diálogo y acuerdo de todos en las situaciones excepcionales, es el principio básico que une al conjunto de la sociedad. Juntos trabajan por una Nación mejor, más justa, están orgullosos de su cultura, y según sus creencias, quieren reformar aquello que impide el bienestar general. Coinciden en la defensa de la libertad, en todos sus sentidos, pues sin ella no habrá colaboración, ni encuentro en la disputa política, o acuerdos beneficiosos para todos. Creen en la multidireccionalidad de opciones para resolver los problemas. Quieren estar en un proceso de adaptabilidad, unido a las esencias más íntimas que definen su historia. Cambian y permanecen.

Hay otras ideologías que se mueven por las emociones, pues están imbuidas de idealismo, de sueños de otra realidad perfecta, donde no caben aquellos que no comulgan con su mesiánico futuro. La emoción dirige sus pasiones, sueños y fantasías. Solo conciben un futuro único y excluyente.

Pero el devenir de la Historia contradice los sueños. La política auténtica está relacionada con lo posible, no con utopías. También con la realidad, ni con artificios intelectuales, lo demás es forzar la naturaleza humana, conduciendo a una dictadura. Y por último, ha de dirigir su mirada hacia lo necesario, lo que más urge a la Sociedad, no hacia caprichos sometidos a la ideología política.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios