La tribuna

tRINO / TORTOSA

Detrás del espectáculo

FINALIZADO ya el sainete en que se convirtió la fallida investidura del candidato Sánchez, en la que ni él mismo creía y, sobradamente analizado ya por comentaristas más ilustres y capacitados que yo las distintas intervenciones de los cuatro grandes espadas del debate que, en mi criterio, no hicieron otra cosa que poner en escena sus enfrentamientos personales, con excepción del presidente de Ciudadanos y sus respectivas tomas de posición en la futura e inevitable nueva cita electoral, entiendo, llegado el momento de analizar otros factores que han pasado casi inadvertidos.

Me interesa someter a la consideración del lector la postura adoptada por el portavoz de Esquerra Republicana de Cataluña, el de la antes denominada Convergencia Democrática de Cataluña e incluso la del representante del Partido Nacionalísta Vasco.

Las remotas esperanzas del candidato Sánchez de cara a alcanzar su investidura pasaban, cuanto menos, con lograr la abstención de estos grupos, eludiendo la negociación abierta con los más radicales de ellos y sorteando así la prohibición que le había sido impuesta por el Comité Federal de su partido. No obstante, el acuerdo previo suscrito con Albert Rivera, hizo que, desde el primer momento de la intervención del representante de Izquierda Republicana, se pusiera de manifiesto que el voto favorable de este grupo, e incluso su abstención, quedaba totalmente descartado. Su afirmación de que " el proceso de desconexión con España estaba ya en marcha" y que su fin último era la " proclamación de la República Catalana" no dejaba lugar a interpretaciones, no sólo para la investidura sino para cuál sería la futura actuación de un gobierno que se supeditase a la participación activa o pasiva del independentismo. Quizá sea esta la mayor aportación que para el devenir de la futura política española tenga el pacto de Rivera con Sánchez pués ante la apelación al federalísmo, aún no definido ni concretado que hace el candidato Sánchez, está la postura firme de Albert Rivera ante la Unidad de España, con respeto y reconocimiento de las singularidades de Cataluña, dentro de la igualdad y soberanía de todos los españoles.

La intervención del portavoz de la antigua Convergencia, aunque más moderada en cuanto a la forma, no era distinta en el fondo, máxime cuando esos mismos días, en el Parlamento Catalán, continuaban los trámites necesarios para acelerar el denominado "procés" y llegar a su fin último, que no es otro que la destrucción de la Unidad de España.

El oportunismo consustancial con la esencia del PNV, siguiendo la vieja teoría de Arzallus relativa a que "unos mueven el árbol y otros recogen las nueces", de infausto recuerdo, vio en la actuación de los separatístas catalanes, la oportunidad de sacar tajada... Inicialmente se estimó que sus votos parlamenterios podrían ser una forma de aplicación de la llamada transversalidad del futuro "Gobierno del Progrés, que intuía el PNV , más favorable a sus pretensiones, pasando, más tarde, a especular con su abstención a la investidura para, finalmente, votar NO al presente intento, con el propósito de revisar en la próxima actuación y pensando en unas futuras elecciones vascas, en las que necesitaría el apoyo de los constitucionalistas, para hacer frente a las aspiraciones del pretendido "hombre de paz", Arnaldo Otegui y Bildu, además de Podemos, futuros rivales para la designación del nuevo Lehendakari; lo cual, no sería extraño dada la actual situación de las fuerzas políticas en Euskadi y su previsible evolución, sobre todo, si el "gran luchador por la libertad del pueblo vasco y preso político Sr.Otegui, consigue eludir la prohibición del ejercicio de todo cargo público.

Queda por comentar algo que si ha sido objeto de muchísimas interpretaciones, algunas de ellas jocosas, el beso en la boca entre Pablo Iglesias y el representante de "En Comú podem".

Por encima de la sobreactuación de ambos sujetos, cuyo objetivo principal era el espectáculo televisivo ante las cámaras, fruto de su afán de notoriedad y conocimiento del medio televisivo, significa la necesidad del Sr. Iglesias de mantener unidas las distintas facciones pòlíticas que, aparentemente, están unidas a Podemos. de ahí el interés del Sr.Iglesias en la pantomima que fue objeto el recinto parlamentario.

Esperemos que la próxima semana, los actores de la política española, que están haciendo historia por primera vez en nuestro recorrido democrático, decidan mostrar de una vez su verdaero rostro para que cualquier observador curioso e interesado por saber, pueda, con conocimiento de causa, quien quiere que sean sus representantes en este nuevo ciclo.

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