Mientras el mundo gira

Andrés Caparrós

Habló Casado, y los demás callaron

Muy pocas veces ha habido una coincidencia tan rotunda y tan clara sobre el magisterio de una intervención en el Parlamento

El jueves 22 de octubre de 2020 será recodado como el día en que Pablo Casado se plantó ante la historia y le gritó con serena contundencia, "¡aquí estoy yo!". A medida que pronunciaba su discurso fue creciendo en las miradas el estupor de unos, la sorpresa de otros, el respeto de todos. De tal manera, que lo que iba a ser una derrota simple de Santiago Abascal acabó siendo una derrota doble. Y lo que se preveía una victoria sin paliativos de Pedro Sánchez fue también una derrota doble, no ante Abascal, obviamente, sino ante un formidable orador en su momento cumbre, Casado, y ante su propio socio de gobierno, Iglesias, que enhebró un discurso cuya enjundia y nivel intelectual no han tenido, hasta la fecha, los de Sánchez. Sí, a mi modo de ver, el jueves pasado no fue el mejor día para el líder de Vox ni para el líder del PSOE. "Crece el orgullo entre los militantes del PP", reza uno de los titulares que se han escrito. Y yo diría además: "desaparece, debería desaparecer de ahora en adelante, el más mínimo cuestionamiento interno dentro del propio Partido Popular a las decisiones y las estrategias diseñadas por la dirección de ese partido y decididas por su Presidente".

Muy pocas veces a lo largo de los últimos años, ha habido una coincidencia tan rotunda y tan clara sobre el magisterio de una intervención en el Parlamento. Todos los medios de comunicación, todas las opiniones, expresadas a viva voz por unos, o calladas por otros en el silencio debido a los intereses de los partidos de izquierda en que militan o los alimentan, reconocen el valor de hito histórico protagonizado por el Pablo Casado.

Listo como es, Pedro Sánchez escenificó con la solemnidad que era menester dadas las circunstancias, la grandeza de su generosidad y su vocación de servicio a España", anunciando que suspendía el proceso que estaba en marcha para poner a su servicio el CGPJ, e iniciar lo antes posible la negociación con el PP. Ni la más mínima alusión, claro, a las "recomendaciones" que sobre la intentona de la coalición PSOE-UP, hizo la Unión Europea, donde manda principalmente el PPE.

Punto y seguido. Ahora, ¡a trabajar!

A trabajar en la contención de la pandemia. A ver cómo podemos conseguir que los universitarios se crean que son ellos principalmente los que ahora se están contagiando, que tienen que controlar sus nivele de testosterona, que habrá "más días que ollas" para hacer lo que le dé la gana cuando pasemos este calvario, que deben pensar en sus padres y en sus abuelos, que la asignatura más troncal de este curso y, si no lo remediamos, del siguiente, es la de la responsabilidad y solidaridad, que por lo que más quieran guarden los cubatas y los preservativos para las "movidas" que vendrán, seguro. Porque tienen todo el tiempo del mundo.

Quién pudiera decir lo mismo… mientras el mundo gira.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios