Innovación, tecnología e igualdad

Incrementándose los estados depresivos, en su esfuerzo para conciliar la vida familiar, profesional y su independencia

La situación de emergencia sanitaria que hemos sufrido ha puesto en relieve la fragilidad de un sistema que no tenía un plan de contención previo y que ha sacado a la luz lo importante que supone la atención de los grupos vulnerables para la sostenibilidad de la vida humana. También ha puesto de manifiesto la desigual y la injusta distribución de los medios y servicios. En el caso concreto de la mujer, que ya le suponía dedicar el triple de tiempo que los hombres a la consecución del trabajo doméstico y de la atención a grupos vulnerables, han visto que esta responsabilidad estructural se ha incrementado con el desbordamiento de los sistemas sanitarios y con el cierre de los centros educativos y de personas de edad avanzada; suponiendo un carga mayor, tanto en el plano físico como psíquico. Incrementándose los estados depresivos y de estrés, en su esfuerzo para conciliar la vida familiar, profesional y su independencia como ser humano. Ante esta grave situación, la sociedad no puede permanecer impasible y debe reafirmar y afianzar la igualdad de género que ha de ocupar un referente estratégico en los planes de recuperación y desarrollo social.

La apuesta por la igualdad, la innovación y la tecnología juegan un papel determinante y deben ofrecer el equilibrio de oportunidades. Debemos asegurar que las desigualdades y las brechas de género no se profundicen aún más, incentivando el talento, la inversión, la contratación y el emprendimiento en las mujeres.

Es por ello fundamental promover la educación y la formación de las niñas y mujeres en materias como ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas; promover la educación digital; eliminar las brechas de género existentes en el acceso y uso de las tecnologías de la información y de la comunicación; invertir y materializar acciones que impulsen un mercado de talento e innovación; que promueva la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas. Porque la clave de una sociedad justa, equitativa e igualitaria está en el incentivo del talento y de la innovación entre las mujeres y entre las niñas. Factor fundamental y prioritario de cohesión social y de igualdad. La única brújula ética que debe dar respuestas a las necesidades de una sociedad que debe seguir avanzando en la igualdad de género, en la justicia social y en la inclusión académica, cultura, laboral y profesional de sus congéneres.

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