Isabel Aranda, memoria e identidad

Isabel Aranda muestra una serie de fotografía donde la memoria es el hilo argumental de la muestra

La exitosa exposición internacional de fotógrafas Humano IV. ARS VISIBILIS V que en estos últimos días se desarrolló en MECA Mediterráneo Centro Artístico cerró sus puertas con una muestra que se enmarcó en la cuarta y última de las exposiciones que formaron parte del programa de PHotoESPAÑA 20 y que, para esta ocasión, contó con la participación de Isabel Aranda y que fue comisariada por Fernando Barrionuevo y Rosa Muñoz Bustamante.

Isabel Aranda, Almería, 1962. Desarrolla su labor profesional en su ciudad natal. Fotógrafa autodidacta, inicia su faceta artística a finales de los años noventa. Ha perfilado su técnica gracias a los conocimientos adquiridos en la Escuela de Artes y Oficios y en los talleres del Centro Andaluz de la Fotografía. Su obra ha sido merecedora de premios diversos y ha aparecido publicada en diarios, revistas, libros artísticos y catálogos. Para esta ocasión, Isabel Aranda muestra una serie de fotografía donde la memoria es el hilo argumental de la muestra, a través de las imágenes captadas por su cámara Polaroid. Su proceso creativo es muy intimista. La autora, primero idea o piensa un proyecto y, acto seguido, desarrolla su proceso creativo, buscando esa forma de mirar que materialice un trabajo distinto, que explore sensaciones y sentidos de diferente manera. Para la artista es fundamental que la obra tenga una intención previa antes de ser proyecto o no, siempre debe haber una historia detrás que contar. El mecanismo de la cámara Polaroid, al hacer una fotografía, destapa una hoja que, reflejada en el espejo en la cámara, queda alineada ante la lente. Abre el obturador, en décimas de segundo, y la luz entrante impresiona la emulsión. Una hoja que, a través de unos rodillos a presión, esparcen el líquido causante del revelado sobre la imagen. La memoria del ser humano actúa igual que una Polaroid. Es como si cerramos los ojos para recordar y surgen unos símbolos salvadores a los que nos aferramos. La memoria es parte de nuestra identidad. porque "un hombre que ha perdido la memoria ha perdido su identidad" apuntaba Karl Kohut. Isabel Aranda es consciente de la banalidad del ser humano y con esta nueva serie se reconcilia con el espíritu, con la identidad colectiva, con la humanidad. Trasmitiéndonos parte de un legado que lucha por sobrevivir y no caer en el olvido.

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