El cañillo

TXABI FERRERO

Músculo y belleza

U mar Sadiq cerró el partido contra la Ponferradina, en El Toralín, con el deposito casi vacio y el cuentakilómetros lleno, con casi 11 kilómetros recorridos en 90 minutos. El nigeriano se dio una buena paliza pero, muy desasistido, pasó de puntillas. Su generoso esfuerzo, así las cosas, no tuvo premio y resultó en balde. Cinco días después, en la visita a Alcorcón, este mismo jugador sumó un kilometraje menor, pero firmó dos goles en 15 minutos y participó en otro. El fútbol tiene estas cosas y esta doble y antagónica realidad forma parte de su fuerte carga de ilógica, lo que le hace irreconocible. El fútbol actual se guía por la doble condición del físico y del talento Antes, no hace demasiados años, a muchos futbolistas les bastó con su calidad. Pero ahora eso ya no es así. El balompié exige cada día más futbolistas de ida y vuelta, que ataquen pero que también defiendan. En este contexto, la condición física es una condición imprescindible para cumplir esta doble función. Músculo y belleza, juntos, es mucha extrañeza.

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