A Son de Mar

Inmaculada Urán / Javier FornieLes

Ojo con agosto

No se pueden desmantelar los servicios sanitarios en agosto sin un plan de urgencia

El virus sigue ahí al acecho. Ahora que todos estamos de fiesta, debemos tenerlo presente. Y conviene recordar que en Almería la situación no ha sido tan grave como en otros lugares por nuestro aislamiento. Pero esos elementos que jugaron a favor pueden volverse en contra durante el verano si no se toman las precauciones debidas. Llega más gente de fuera y nos convertimos, además, en una frontera: el paso de los ciudadanos europeos hacia África, como el alcalde de Algeciras advierte, está suspendido solo de momento.

En estas circunstancias qué cabe hacer. Por una parte, lo aconsejable es mantener cada uno la prudencia. No podemos esperar a que los dirigentes políticos nos avisen de los riesgos. Han actuado de acuerdo con sus intereses, han callado y han mentido sin parar; y seguirán haciéndolo porque nosotros mismos, la opinión pública y el Parlamento nos hemos limitado a sufrirlo y a lanzar declaraciones retóricas. Por otra parte, haríamos bien en pedir que se adopten las precauciones necesarias. No se pueden desmantelar los servicios sanitarios en agosto sin un plan de urgencia. Los medios de comunicación deben pedir esos planes y no contentarse con las explicaciones habituales. Esta vez no basta con escuchar que se cierran la mitad de los servicios, pero que seguimos estupendamente atendidos. Es lógico que los profesionales de la sanidad disfruten de sus vacaciones -se las han ganado con creces. Pero el virus no sabe que estamos en agosto y es preciso exigir aclaraciones exactas sobre las medidas previstas y sobre cómo se van a reforzar los hospitales si la situación cambia. Esconder la cabeza como los avestruces, no contar a tiempo con un plan o con los recursos económicos necesarios para contratar rastreadores o profesionales de la sanidad en un momento concreto nos ha convertido ya en un país que tiene muy difícil la recuperación económica. Volver a las andadas puede suponer el golpe de gracia.

En esto, como en todo, cada uno actúa según su carácter. Nosotros pensamos que hay que estar alerta sin agobiarnos ni quedarnos paralizados. El miedo guarda la viña. Ahora bien, los que prefieren creer que nada va a pasar no deben preocuparse. Cuenta con una ilustre tradición hispana: desde el 'prefiero no pensar' de las Grecas al 'no me lo cuentes vecina, prefiero seguir soñando a conocer la verdad' de Concha Piquer.

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