Orgullo de ser andaluz

Andalucía y el andalucismo le deben mucho a Blas Infante, conocido también como "el padre del andalucismo

D E hoy a cuatro días, celebraremos el Día de Andalucía. Nuestro día. El día de todos los andaluces y andaluzas. La consecución de la autonomía para Andalucía por el artículo 151 de la Constitución es la propia historia de una titánica lucha en la que el pueblo andaluz tuvo un papel esencial.

Durante 38 años, con sus luces y sus sombras, nuestra autonomía estuvo gobernada por el Partido Socialista, en alguna legislatura en coalición con el Partido Andalucista o con Izquierda Unida. La labor llevada a cabo durante esos años en términos generales, repetidamente, fue bien valorado por los andaluces, tanto en encuestas como en resultados electorales, pero hubo algunas acciones que rompieron la secuencia de gobiernos socialistas.

El camino recorrido por el pueblo andaluz hasta llegar alcanzar la diversidad, la libertad y la autonomía de las que gozamos no siempre fue fácil. El celebrar el próximo lunes, día 28, el día de "la Patria andaluza", es un buen momento para echar la vista atrás y viajar cuarenta años en el tiempo y recordar los engranajes que hicieron de nuestra Andalucía la punta de lanza del Estado autonómico nacional.

Quiero recordar que en las primeras elecciones autonómicas celebradas el 23 de mayo de 1982 el grupo socialista arrasó. Fue el preludio del gran cambio que se produciría cinco meses después, tras la jornada histórica del 28 de octubre en las elecciones generales, cuando el Partido Socialista logró la mayoría absoluta, encabezada por el joven abogado sevillano, Felipe González.

Andalucía y el andalucismo le deben mucho a Blas Infante, conocido también como "el padre del andalucismo y padre de la Patria andaluza". Unos días antes del alzamiento militar de 1936 escribió: "El Estatuto andaluz será lo que quieran que sea todos los andaluces, pues a todos ellos venimos a llamar para que, con la sencillez y aún el simplismo que deseen, lleguen a delinear la figura de un gobierno propio". El 11 de agosto de 1936, de madrugada, dedos anónimos apretaron el gatillo del crimen. Una descarga cerrada ahogó el grito de "VIVA ANDALUCÍA LIBRE".

Demostremos al mundo que el sacrificio de Blas Infante, y de tantos andaluces y andaluzas por su tierra, mereció a pena. Y como dice Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía, "es hoy una parte esencial de este país y representa internacionalmente la cultura española".

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