El medio y el ambiente

RUIDO, RUIDO, RUIDO

Cada uno tenemos derecho a tener las sensaciones que sintamos, disfrutemos o padezcamos

Mmucho, mucho ruido, / ruido de tijeras, / ruido de escaleras / que se acaban por bajar. / Mucho, mucho ruido, … //… Ruido de tenazas, / ruido de estaciones, / ruido de amenazas, / ruido de escorpiones. / Tanto, tanto ruido. / Ruido de abogados, / ruido compartido, / ruido envenenado, demasiado ruido. …//… Ruido mentiroso, / ruido entrometido, / ruido escandaloso, / silencioso ruido. / Ruido acomplejado, / ruido introvertido, / ruido del pasado, / descastado ruido. / Ruido de conjuros, / ruido malnacido, / ruido tan oscuro / puro y duro ruido. …//… Ruido como sables, / ruido enloquecido, / ruido intolerable, …//… ruido, ruido, ruido."

Las sensaciones pueden ser de una sola persona o de un colectivo. Pero sean de quien sean tienen valor absoluto: cada uno tenemos derecho a tener las sensaciones que sintamos, disfrutemos o padezcamos, y sean éstas las que sean, son indiscutibles. Y dado que como dicen que decía Beethoven: "si no puedes mejorar el silencio, cállate" estoy cansado de ruido. Más bien: estoy cansado de "ruido, ruido, ruido", como reza el final de la anterior cita del maestro Sabina. Porque esa es la sensación que me producen tanto las situaciones social y política españolas.

Difícilmente se oyen frases claras y bien sonantes, difícilmente se disfruta de un párrafo coherentemente pronunciado, es escaso el bien hablar, casi no se puede no se puede aprehender nada de lo que se escucha. Se usan muchas expresiones zafias y carentes de contenido, abundan los lugares comunes, los tópicos, las frases de vida efímera. Y lo grave del asunto es que eso se está instalando en muchos estamentos de la sociedad. Parece que la sociedad no quiere escuchar frases rotundas, parece que la sociedad ha puesto el nivel en las frases de los azucarillos, dicho sea sin ánimo de molestar (a los azucarillos).

La situación actual me recuerda aquel peón de Belmonte que en el 36 era anarquista y en el 40 era alcalde y jefe local del movimiento de su pueblo. Don Juan le preguntó que como había llegado a ese puesto, y el peón le contestó: ya ve usted, degenerando, degenerando. Bueno, pues la solución es fácil, o regenerar la vida y comportamientos sociales o seguir degenerando y esperar que llegue el día en que, sin ser agorero, esta sociedad tendrá que hacerse la catarsis regenerativa que hace años tenía que haberse hecho con menos dolor. Por ejemplo: cuando en 2008 nosotros jugábamos en la "champion ligue" y Lehman Brothers hincó el pico.

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