Los preliminares de esta Semana Santa han sido apoteósicos. El domingo tres de abril tuve la suerte de asistir a la lectura del pregón de la Semana Santa de este año de la mano de Don Antonio Salmerón, con una estructura llena de sentido, acompasada de forma magistral por las notas del pianista Daniel Albarrán. Un pregón, en definitiva, que emocionó e hizo vibrar al mayor desconocedor (un servidor) de la idiosincrasia y particularidades de esta semana que hemos comenzado con la pasión desbordante de quienes se han visto privados de ella por dos años seguidos.

El lunes cuatro se llevó a cabo la presentación oficial de la Semana Santa en la Sala Capitular de la Catedral, un lugar emblemático y revestido de la mayor de las dignidades para acoger este acto. He de resaltar la magnífica predisposición del Excmo. Señor Obispo, Don Antonio Gómez Cantero, colaborando con las hermandades y cofradías de nuestra ciudad y haciendo gala de un talante digno de admiración. Allí también se nos hizo entrega de un ejemplar del libro informativo de la Semana Santa confeccionado por Juan Nuñez Guirado y Gines Valera, entre otros, dando buena cuenta de la formidable labor que realizan las cofradías estos días (para su información están disponibles en la oficina de turismo del Paseo de Almería, muy recomendable).

Los antecedentes han sido y son inmejorables, deseando de corazón que el tiempo acompañe este año a todas las hermandades: Borriquita, Los Ángeles, Santa Cena, Estrella, Pasión, Gran Poder, Coronación, Amor, Perdón, Calvario, Prendimiento, Macarena, Estudiantes, Rosario del Mar, Angustias, Encuentro, Silencio, Entierro, Caridad, Soledad, Huertecico y Resucitado.

La Semana Santa de Almería se ha convertido en un imán para el turismo, nacional e internacional, que siente y admira la pasión y el recogimiento con que los pasos se hacen sentir por nuestras calles envueltos en arte y cultura. Un interés turístico que redunda en los comercios y que supone un espaldarazo a la moral de una ciudadanía castigada tras dos años de parón de la actividad. Volveremos a disfrutar de los roscos, los pestiños, los papaviejos… Un volver a sentir esperado y deseado en el que confluirán las esperanzas y las ganas de resurgir de una ciudad que tiene el deber de dar lo mejor de sí misma.

Como católico les animo a que vivan estos días saliendo al encuentro con los demás y, por supuesto, deseo que disfruten de una Semana Santa ya histórica.

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