Utopías posibles

Sobrevivir a Matrix

No existen la ideología, los valores ni los derechos humanos. Es solo un algoritmo automático

Hoy quiero recomendarte dos cosas muy concretas. Una de ellas es el libro "El enemigo conoce el sistema", de Marta Periano. La otra, el documental "El gran hackeo", de Karim Amer y Jahne Noujaim. Ambos de 2019. El verano es un buen momento para que conozcas otras realidades, todo aquello que tal vez las prisas y tareas del invierno no nos permite.

Cada vez es más habitual que en los centros educativos, las AMPAS y para el público en general se organicen charlas sobre los peligros de internet. Hay que promover constantemente desde casa y desde la escuela el cuidado con según qué cosas se publican, las imágenes de uno mismo que se difunden, los comentarios que se hacen, las personas con las que nos relacionamos por medios digitales…

Pero hay más. ¿Alguna vez te has planteado por qué si Google y Facebook son gratuitos, son a su vez las empresas más potentes del mundo? No ofrecen mercancía porque tú eres la mercancía. Algunos ya intuíamos que nos venden de todo, de una manera personalizada.

Pero no solo eso: nuestros sentimientos, pensamientos políticos, nuestros gustos y opiniones están condicionados por lo que "clickamos", los "me gusta", las páginas que visitamos, incluso aunque borremos un mensaje o no lleguemos a darle a "enviar". Buscan nuestra atención, nuestro miedo, nuestra indignación y nuestra ira. Utilizan técnicas de persuasión propias del ejército, llegando incluso cambiar gobiernos.

Ha sucedido en Trinidad, con el Brexit y con Trump, entre muchos otros. De manera más "suave", también Podemos y VOX se han beneficiado de Matrix. No existen la ideología, los valores ni los derechos humanos. Es solo un algoritmo que automáticamente trabaja para quien más pague.

Da igual que entres mucho o poco a Facebook (recuerda, Whatsapp e Instagram también pertenecen a Facebook), que compartas una cosa u otra, e incluso que no utilices mucho el móvil.

Desde el momento en que tienes cuenta de Google o Apple, escucharán tus conversaciones, te harán fotos, escanearán tu cara, entrarán en tus fotografías… No es paranoia, sino una cruel realidad paralela que nos condiciona cada vez más.

Desconozco la solución definitiva para esta situación, pero ser consciente de ello es el primer paso para cambiarla. La ciudadanía, las familias y el alumnado tienen derecho a saber. La máquina nos ofrece un Matrix personalizado, irreal, que nos manipula constantemente, queramos o no.

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