Opinión

Joaquín Pérez de la Blanca

Teléfono de la Esperanza

Desde hace 50 años la asociación teléfono de la esperanza ayuda de forma urgente, gratuita y especializada

El pasado viernes 10 de septiembre se celebró el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, con el objetivo de romper el tabú que supone tratar este tema y para que nos concienciemos de que el suicidio puede prevenirse y sus causas tratarse.

Estamos obligados a hablar de este tema habida cuenta de que en el mundo, y en nuestro país en particular, las cifras de suicidio son alarmantes. En España se producen más de 3.600 muertes por suicidio al año (10 cada día). Además, por cada persona que consuma el suicidio, se estima que hay otras 20 que lo han intentado. Especialmente alarmante es el aumento que se ha producido en el rango de los 15 a los 29 años de edad. Por supuesto es un problema que deja tras de sí familiares y amigos rotos por el dolor para siempre. Resulta paradójico que sobre una de las principales causas de muerte no se hable, no se debata, se silencie e incluso, no se destinen apenas partidas presupuestarias y, sin embargo, para otras, aun siendo las cifras sensiblemente inferiores, se destinen muchos más recursos, se hagan muchas más campañas y se llegue a politizar y a hacer bandera de ellas. Ojo, no estoy menospreciando otras causas, pero sí creo que se está cometiendo una injusticia y una dejadez respecto a este problema.

Debemos tener claro unas palabras que escuche de boca de un psiquiatra que intervino tras la lectura del manifiesto que tuvo lugar en la Puerta Purchena: Los que se suicidan o lo pretenden, no son personas que quieren morir, sino que no quieren seguir viviendo como hasta ahora. Son personas que sufren emocionalmente y que buscan desesperadamente ayuda para lograr un cambio. Por esto, si alguien te habla de ideas suicidas, escúchale o al menos, háblale del teléfono de la esperanza: 717003717 (24 horas al día, 365 días al año). Desde hace 50 años la asociación teléfono de la esperanza ayuda de forma urgente, gratuita y especializada potenciando los recursos personales de cada uno para afrontar las presiones normales de la vida. No tratar un problema ignorándolo deliberadamente no hará que se esfume ni que se solucione solo. Debemos cambiar nuestra actitud no sólo por aquellos que se dejan la vida, sino por aquellos que dejan aquí: hagamos un esfuerzo y tratemos de concienciarnos sobre esta lacra.

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