Q UÉ Actitud mantiene el ser humano y cuál son las causas psicológicas para que determinadas acciones que realiza, se conviertan en muy significativas con respecto a otras? Analizare el tema de las víctimas en la carretera, donde la Organización Mundial de la Salud (O.M.S), dice que mueren cada año en las carreteras un millón trescientas mil personas o según los expertos para 2030 los accidentes por carretera se convertirán en la quinta causa de muerte en el mundo, esto quiere decir que la batalla, ni está ganada, ni en camino de serlo, lo cual nos pone en alerta para pensar que lo que estamos haciendo no es del todo correcto, es hora de preguntarnos si tenemos que tomar otro tipo de determinaciones, en absoluto incompatibles con las ya establecidas; ya sabemos que la velocidad, el alcohol o el cansancio, son causas principales que arrojan las peores estadísticas, por tanto, habría que valorar las connotaciones emocionales del hombre moderno; pero en el caso que nos ocupa, si nos preguntamos por las de víctimas, tenemos que hacer dos valoraciones: aquellas que se producen en el ámbito terrorista (terrorismo, violencia de genero), que tienen un alcance ético y social, donde a nivel político se exige una reparación material y moral del suceso; y otras que se derivan del tráfico en carreteras, muy distinto, podríamos decir que existe un abismo emocional, donde seres inocentes se preguntan ¿Por qué unas importan tanto y otras tan poco? Pues bien, si nos acercamos al concepto de esta dicotomía; en el caso del terrorismo, los datos apuntan a un individuo concreto, teniendo un triple alcance; es decir, el gran impacto que produce, conmueve los cimientos éticos y morales de todo lo reparable; reconocimiento político y por último la reconciliación de las fracturas sociales provocadas por la violencia. En el caso de las víctimas de la carretera, preferimos apelar a la responsabilidad para señalar un sujeto al que imputar el costo de la acción en términos económicos, es como una especie de carga, pero sin culpa (en sentido moral), se trata de la carretera, donde todo se remite a la mala suerte; es decir, en un caso o en otro, a la hora de analizar las víctimas, tenemos una valoración moral diferente; si nos referimos al terrorismo, es considerado en un contexto de regresión, como algo contrario al progreso; si contemplamos el segundo caso, lo analizamos como un precio del progreso, donde los elementos básicos (automóvil y velocidad); no se analizan por sus característica, sino por el culto que se hace de ellos, por la actitud que empleamos en el espacio y tiempo, dependiendo de la sociedad que nos rodee.

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