Desde mi experiencia

José Miguel Ponce

El amor de una madre

María, la madre de la niña fallecida, acudió enseguida al lugar del atropello y vio a su hija Mariquilla tendida en el suelo

Son las 5,30 de la tarde. Las niñas del colegio Montealto de Madrid salen corriendo para abrazar a sus madres y padres que las esperan. Una madre erró en una maniobra con el coche y atropelló a tres niñas, de 12, 10 y 5 años. La pequeña murió; las dos mayores ya están fuera de peligro. María, la madre de la niña fallecida, acudió enseguida al lugar del atropello y vio a su hija Mariquilla tendida en el suelo. Se tumbó a su lado y la abrazó, y sintió que aún latía su corazón, y le dijo lo mucho que la amaba. Duraron 40 minutos las maniobras de reanimación, pero fueron en balde. Cuando se certificó la muerte, rodeaban al pequeño cadáver su madre y su padre, y junto a ellos permanecía la mujer que confundió las marchas de su coche, y con ella estaba también su marido Después, María mientras su hija emprendía el camino hacia el Cielo pese a los intentos de reanimación, abrazó y consoló a la madre que conducía el vehículo. El dolor es tremendo. Decenas de niños y padres presentes. Muchos testigos que presenciaron lo ocurrido, los intentos de reanimación del pequeño, las ambulancias, la policía… La escena nunca se les borrará de la cabeza, pero esos momentos de incertidumbre y angustia han hecho que todos pusieran su mirada en Dios. El ejemplo de la madre de la niña fallecida ha impactado a todos. María es madre, y María es cristiana. Su naturaleza se rebela contra la brutal privación que acaba de sufrir, pero su religión afirma que el sufrimiento es camino de redención. En pocos segundos, la conciencia de María le lleva a acercarse a la mujer que originó su tormento para perdonarla y abrazarla con cariño. Hace unos días los padres de Mariquilla, María y Alex, han publicado una carta en la que, entre otras cosas, dicen "os ruego muchas oraciones por las otras dos familias y por María, la madre que le ha tocado, a nuestro parecer, el peor trago del accidente y una vez más le repetimos que se abandone en el Señor para darse cuenta de que no tiene culpa alguna y que, aunque sea incomprensible Nuestro Dios lo ha permitido para sacar bienes mayores".

¿Qué te sugiere esta noticia? A mí me ha hecho reflexionar, entre otras cosas, sobre cómo es el amor de una madre. Una madre quiere sin condiciones, es generosa, sacrificada y está dispuesta a dejarse la vida por sus hijos. Las madres nos quieren como somos y no por lo que hacemos o tenemos y saben perdonar porque saben querer. Y es que el amor de una madre es tan grande que no tiene límites.

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