El medio y el ambiente

El avalista y el ávaro

Durante toda mi vida estudiantil disfruté de buenos maestros que me inculcaron buenos valores

Durante toda mi vida estudiantil disfruté de buenos maestros que me enseñaron su materia a la par que me inculcaron buenos hábitos y valores. ¡Qué duda cabe que no todo fue de color rosa!. Alguno era, como las escopetas de avancarga "de cargar por la boca".

Uno de los hábitos que me inculcaron es el de la lectura. y además comenzando por los clásicos. Entre ellos está Shakespeare que estos días he recordado por "El mercader de Venecia", en el que tenemos a Antonio, rico y arriesgado mercader que hoy sería tildado por algunos de "pringao" por avalar a su amigo Bassanio un crédito de 3.000 ducados (una "pasta gansa") que el prestamista Shylock le concede. La garantía que pide Shylock, y Antonio pone, es una libra de su carne. El crédito resulta fallido, en lenguaje actual, y además la hija del banquero "se larga" con su amante y una buena talega de monedas de oro de su padre. Al "pobre" Shylock se le junta todo: el crédito avalado por Antonio, su hija que se ha ido para hacerse cristiana y casarse, y llevándose su dinero. Sus lamentaciones son variadas, pero mayormente por los dineros de uno y de la otra, es decir: sale a relucir la avaricia. Luego viene la ejecución del crédito y el pleito. Pero como por avaricia y torpeza no había aceptado ningún acuerdo, además de no cobrar, tiene que perdonar a su hija y legarle su fortuna. ¡"daría gusto ver la cara del prestamista"!.

También he recordado estos días el viejo dicho de abogados: "real que guarda otro real, bien gastado está", además de ese otro dicho "de gitanos canasteros" de cuando "se hacían tratos" en vez de "formalizar operaciones mercantiles": el que no se fía y quiere la garantía, ¡la paga!. Ambos son lógicos, y yo un iluso por ser un forofo de la lógica y no reconocer que ésta ya no se lleva.

Hoy día el razonamiento se basa en otros fundamentos que no alcanzo a entender, por lo que me pregunto: ¿a qué estamos jugando?, ¿dónde está el límite del materialismo?, ¿qué clase de libertad es esa que disfrutamos a cambio de tener que renunciar a la que creíamos tener por haber nacido en una sociedad desarrollada?, ¿de verdad es tener libertad que te digan que no te preocupes, que estés tranquilo, que eso que te ocurre ahora te lo van a solucionar mañana mismo con un Decreto?. O sea: libertad a golpe de Decreto. Y de los valores fundamentales ¿qué?. Mira por dónde me estoy acordando, una vez más, de Aldous Huxley y su "Un mundo feliz". Y como este "ambientillo" no me gusta, me gustaría que cambiara. Seguro que no soy el único.

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