Se nos ha ido Juan Antonio Barrios. Solo han pasado unas horas de su muerte y ya lo echamos de menos, siempre con su cámara Canon al cuello y organizando el cotarro. Un reportero que se consideraba 'paparazzi' y con quien compartí tantas galas. Era divertido, espotáneo, incluso irreverente en ocasiones. Pero, ante todo, era una buena persona, amable y cercana.

De él aprendí cómo había que elegir el color de la corbata: "en este pueblo, como gobierna el PSOE, me la pongo roja; en el otro, que es del PP, azul", me decía. Lo conocí en unos premios de Los Vélez, y ese día me hizo unas fotos en el Castillo de Vélez Blanco que nunca llegó a enviarme. "Recuérdamelo, que se me olvida", me decía siempre. La última vez que hablamos por teléfono yo acababa de quedarme sin trabajo y quiso saber cómo estaba. "Hermano, no te preocupes, que vales mucho", me dijo. Cuando yo me enteré de su enfermedad, no tuve el valor para llamarlo.

Barrios, me debes unas fotos y yo te debo una despedida. Ponte la corbata blanca, que es lo que se pega allá a donde vas. Brilla por siempre, hermano. Te recordaremos.

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