El medio y el ambiente

Un duro de Pencas (y ii)

En cuanto a los cortijos "del parque" ya intentó Joaquín, alcalde de Níjar restaurarlos para dejarlos tal y como eran

Azaresde la vida hicieron que estuviera sin ir a San José hasta el año 77 en que por un compromiso social fui, nada menos que a una de esas primeras casas que habían construido casi encima del rompeolas. Cuando yo vi aquello se me vino el mundo a los pies. Estuve sin volver más de 10 años, y prácticamente mis últimas visitas a San José, fueron al hotel de Eduardo Zárate por invitación de unos buenos y cariñosos amigos gaditano/madrileña y a casa de Bernardo, con cervezas en "el puesto de Sebastián" con Bernardo padre e hijo (†) y posterior comida, así como otras celebraciones familiares.

Visto lo que se ha hecho allí, y dado que esa es una situación sin posible retorno a los orígenes pienso que, dado que la mayoría de las instalaciones hoteleras que se construyen en Almería son como máximo de 4 estrellas y precios asequibles a la mayoría de los turistas, que conllevan sueldos "asequibles" y niveles de servicio "asequibles" lo mejor que se podría hacer es ampliar el perímetro de San José, al cual tampoco le vendría mal un desahogo, y construir en el pueblo un buen hotel que sirva de referente para visitantes de mayor poder adquisitivo.

En cuanto a los cortijos "del parque" ya intentó Joaquín, mítico alcalde de Níjar, su restauración para dejarlos tal y como eran en sus orígenes pero aquello no pudo ser, dicen que entre otras razones por causa de sus compañeros de partido. Aquello habría estado bien. Y aún se puede hacer pues se podrían volver a poner en servicio los mismos para alquilarlos como magníficas y novedosas viviendas para un público "distinto". Para ello solo sería necesario dotarlos de todos los servicios: cocina, servicio y mantenimiento, de nivel alto, personalizado y a domicilio. Sería una buena forma de dar posibilidad de disfrutar la naturaleza y no renunciar a ninguna de las comodidades que quiere el viajero, que no el turista de masas. Así mismo, se crearían puestos de trabajo de hostelería de alto nivel de cualificación y mejores sueldos que en los establecimientos de turismo de masas.

Pero en realidad todo esto son recuerdos, añoranzas y deseos que podríamos encuadrar en un momento veraniego de ensoñaciones que como el monstruo del Lago Ness, aparecen todos los veranos, sin ningún sostén de trabajos de prospección de ningún tipo. Vamos, conversaciones de café, tan típicas en esta Almería nuestra que tan poco ha cambiado en su esencia desde que la conozco. ¿Cambiará?

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