A dos metros

Ricardo Alba

El engendro

La Constitución es susceptible de retoques, de modificaciones. No está escrita en piedra como los mandamientos de Moisés

Son 42 años de democracia, de convivencia, de concordia, de derechos y libertades y todo eso se lo debemos a la Constitución Española que es el mayor logro de nuestra historia colectiva". Lo dijo Sánchez el pasado día 6 en el acto de celebración del cuadragésimo segundo aniversario de la Carta Magna. Pedro podría haber dicho cualquiera otra vaguedad acostumbrada. Le faltó generosidad, virtud desconocida en su personalidad.

Efectivamente la Constitución Española es el mayor logro de nuestra historia reciente debido en gran medida a un factor trascendental que ahora se silencia: POLÍTICOS de distintas ideologías, antagónicas algunas, que supieron alcanzar el Consenso necesario cuyo resultado fue la 'Constitución consensuada', uno de los ejemplos más notorios de transición a la democracia y que desde el interior del propio Gobierno de España se quiere diluir, aunque cabría decir destruir. Esto, lo de dinamitar la Constitución, viene de antiguo. Cabe recordar que años atrás, el actual vicepresidente tachó a la Constitución de 'papelito del 78'. Y por obra y gracia de ese 'papelito', ahí lo tenemos. Debería besar el 'papelito' al entrar y salir de Galapagar.

La Constitución Española es susceptible de retoques, de modificaciones. No está escrita en piedra como los mandamientos de Moisés. Ahora, de ahí, a la mesa de autopsias que es lo que Iglesias pretende, pues como que no. Claro que a ver cómo se le explica ahora a Sánchez que 'no es no'. Seguramente él lo habrá ya olvidado porque en un salto circense, todo a su alrededor es un circo, ha pasado al 'sí es sí'.

Sí a todo, pero a todo, por poseer el poder de este país y de su partido renunciando a cualquier principio ético, mejor, a cualquier principio. Ha tomado el mando único de un PSOE que lo tiró por la ventana y bien que aprendió la lección. Regresó (aplausos a su perseverancia), ganó las primarias de la militancia, y envió al PSOE al cementerio. Muerto el PSOE, muerta la rabia.

Y si al 'papelito' hay que cortarlo, pegarlo, arrugarlo, tirarlo a la papelera, Sánchez tiene para ello a Iglesias, un intelectual 'estadista' de cerebro republicano, amigo de delincuentes, de separatistas, además de odiar brutalmente a la Monarquía parlamentaria. Ha degenerado tanto la política que llegarán a convertir a la Constitución en un mejunje infecto. Desgraciadamente, esta destrucción no la evitará Sánchez porque ¿de quién depende Sánchez? De Iglesias. Pues eso.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios