Primero las elecciones, lo ‘otro’, ya veremos

Las elecciones deben estar en función de la praxis política; pero ahora es al revés: las políticas están dirigidas a ganar las elecciones

En estos últimos tiempos me siento como uno de esos aventureros que se adentraban en las tierras africanas y, con una barquichuela, recorrían ríos caudalosos, y de pronto se encontraban con unos rápidos o unas cascadas a cual más desapacible que les hacían zozobrar y, en ocasiones, consiguen salvarse. No recuerdo cuáles fueron los pasados momentos de mi vida en los que hubo unos remansos como los que precedían a las aguas tumultuosas de los explotadores; pero sé que estoy (estamos) viviendo en un tiempo en el que ciertos acontecimientos se suceden en cascada y no nos dejan respirar. Me refiero a la tremenda sucesión de convocatorias electorales que no dan tregua. Desde las elecciones municipales y autonómicas del pasado mes de mayo hemos pasado por las generales de junio, las elecciones gallegas; acabamos de vivir las del País Vasco; asoman muy cerca las catalanas y un poco más lejos, las europeas. Y no digamos nada de un hipotético adelanto de las generales en función de los resultados de las anteriores. Esto genera una especie de sinvivir que al menos a mí me llega a afectar: descubrí hace unas pocas fechas que estaba empezando a aborrecer la sintonía de una emisora que anunciaba temas relacionados con algún proceso electoral. La prensa y otros medios de comunicación ponen de manifiesto que la vida política está centrada en las elecciones. Es una triste sucesión: pre-campaña-encuestas- campaña-encuestas- análisis y valoración de resultados, pre-campaña, más encuestas, campaña… esto suele ser el foco que está centrando el interés político. Y mientras tanto, la acción de gobierno en la toma de decisiones independientes de las elecciones, lo mismo que la de la oposición sobre esos temas están fuera de plano. Por ejemplo, la intervención de Rufián en la Comisión de investigación no estuvo dirigida a esclarecer la verdad, me parece, sino a desacreditar al cabeza de lista del PSC en las próximas elecciones. Se está dando una vuelta de 180 grados al sentido de las elecciones. Las elecciones deben estar en función de la praxis política; pero ahora es al revés: Las políticas están dirigidas a ganar las elecciones. Algo parecido a lo que sucede cuando se celebran eventos importantes: el beneficio económico, efecto concomitante, es la medida del éxito: cuántos millones ha producido la celebración del evento. Tendré que decir, copiando a Ortega (D.José):” No es esto, no es esto”.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios