República de las Letras

Es una guerra

Así que déjense de politiqueos, señores de las derechas, y ARRIMEN EL HOMBRO

Qué mala suerte la del Gobierno de coalición de Pedro Sánchez: ¡el marrón que se está comiendo! Y qué baja, qué desleal la oposición que le están haciendo las derechas. Una oposición, como era de prever, sucia, partidista y patriotera. No han comprendido nada. No se han enterado de que estamos, está el país entero, no sólo el Gobierno, ni sólo Pedro Sánchez, en una guerra. UNA GUERRA. Ni más ni menos. Y que, como tal, exige que todos, personas, instituciones y partidos apoyemos y nos unamos a nuestro Gobierno. Nuestro, digo, de todos, de los españoles. No sólo de Pedro Sánchez y de "el coletas". DE TODOS. Quienes vean en las decisiones que se están tomado intenciones ocultas, objetivos espurios, y promuevan por ello la deslegitimación del ejecutivo sepan que están contribuyendo a que la situación de calamidad -palabras del Presidente- se prolongue en el tiempo y la victoria final sobre el coronavirus sea más ardua, más dura y más costosa en vidas. Quienes prestando oídos a estos desaprensivos no acaten o se salten las restricciones, propaguen bulos y noticias falsas, alimenten la división partidaria y lancen fáciles soluciones drásticas sepan que no contribuyen en absoluto a la victoria final sobre el enemigo, que no es otro que el coronavirus; ni la izquierda, ni la derecha, ni Pedro, ni "el coletas": el coronavirus y únicamente el coronavirus. Las medidas decretadas por el Gobierno son las que son y, como en toda guerra, no queda otra que acatarlas y ponerlas en práctica. Nadie ha coartado la libertad de expresión, por lo tanto cada uno es libre de decir lo que estime conveniente. Pero saben los responsables públicos que sus opiniones crean a su vez tomas de posición y que si las medidas se enduren aún más y la gente, por cuestionarlas, no las acata, no las sigue, la situación gravísima en que nos encontramos puede prolongarse y la recuperación posterior sería aún más larga y dura. Estamos en una guerra y la economía será pronto, si no lo es ya, una economía de guerra. Y en una economía de guerra todos los elementos y medios productivos deben ponerse al servicio del objetivo final, que es vencer la pandemia. Nuestro enemigo no se llama Pedro Sánchez ni se apoda "el coletas". Nuestro enemigo es el covid-19. Y en la victoria estriba que el país recobre lo antes posible la libertad. Así que déjense de politiqueos, señores de las derechas, y ARRIMEN EL HOMBRO.

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